jueves, 27 de enero de 2022

Mira (76/365)

Mira lo que hay en este día. Mira a la Tristeza recostada en su lecho de flores de corazón. La Tristeza es una muchacha de piel oscura, piel tostada por el sol de este verano de pasto resecado y raíces sedientas. En cambio, la Alegría es un niño que acaba de despertar y todavía se despereza entre la cama, con las mejillas encendidas mientras pregunta por su pelota, por el lugar que ocupa su madre, por el olor del pan que se cuela por debajo de la puerta y sonríe soñoliento mientras regresa al abrazo de las almohadas y la ligereza de una vida que solo existe en el instante. 

Mira lo que hay debajo de este día. Mira el lecho de flores de todas las cosas que desfilan por las riberas de este río incesante. Mira a las muchachas y a los niños. Deja que se cuelen todos los manjares y que supuren todas la heridas. Mira de cerca todo lo que está por debajo y lo que está por encima y deja que lo que vive en el medio de las cosas te atraviese y te permita respirar por tus branquias de animal acuático del río que tiene como único destino el océano infinito de tiempo agotado. 

Mira lo que hay en este día y deja que las campanas lo anuncien a los vientos de todas las direcciones. Mira de cerca y canta tus canciones. 

¿Extrañas a alguien? Mira de cerca lo que hay en este día para descubrir en dónde está ese alguien escondido. ¿Algo te inquieta? Mira con atención lo que aun está flotando en este día y descubre, antes de que se ahoguen, los restos de las cosas despedazas que chocan contra tus orillas. Mira y deja que las cosas te devuelvan la mirada, que canten sus propias canciones y entonces, ahí sí, puedes cerrar los ojos de este día. 

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