lunes, 31 de octubre de 2022

Palabra_fracaso (352/365)

A esta hora el día ha exprimido todo me mí 
y busco hasta debajo de la cama alguna palabra, 
escarbo entre mi pelo algún sonido que se haya quedado enredado 
para agarrarme de ahí,
para encender con ese poco alguna frase que me ponga en marcha.
Ansío los momentos de escritura y me hiere 
el cansancio que me roba las palabras y los ritmos de lo que quisiera decir, 
de la conmoción que me quiero causar un renglón tras otro. 
La escritura, 
igual que la vida,
no es más que un fracaso que se hila con el siguiente. 

Un espacio

una pausa

una alegría.

Apenas respirar y de nuevo fracaso.

Una ramita rompiéndose, una palabra tras otra. Hasta la primavera otra vez. 

domingo, 30 de octubre de 2022

Luz (351/365)

Estar cansada del cuerpo, de todo y recobrar así un poco de luz.

Aceptar que anhelo todo lo que he negado, desde la sangre hasta el fracaso de la vida tal como es.

Mañana voy a preparar puré de papás y coliflor. Voy a ver qué hago para resolver problemas que yo no he creado a cambio de dinero para comprar la comida de mi perro. Voy a terminar de leer un libro sobre la práctica del Zen. Usaré zapatos cafés y un poquito de perfume. Voy a sostener entre las manos mi corazón que está enfermo y necesita cuidados. 

Cansada de las cosas de todos los días. Iluminando desde las cosas de todos los días. Iluminada por el cansancio. Agotada, absolutamente, Iluminada.   

sábado, 29 de octubre de 2022

Me río (350/365)

Quiero dejar de pelear con este cuerpo al que a veces le exijo de más, al que a veces cuido de menos, dejar de querer que sea diferente de lo que es, de lo que va siendo, de las cosas que se van manifestando con el paso de la vida.

Me aqueja un dolor de hombro con los movimientos más simples; quitarme la ropa, lavarme los dientes, guardar los platos. Me sorprende un pinchazo agudo cada dos por tres. Primero me asusto, luego me enojo, al final me río. Es que todo está perdido, todo está saliendo terriblemente mal, me desarmo súbitamente, todos se enferman y se oscurecen, pierdo, me abandonan, fracaso. Al final me río ¿Qué me hizo pensar que podría ser de otra manera?

Estar aquí, comiendo a hurtadillas en mitad de la noche, no es más que comer a hurtadillas en mitad de la noche. Culpa, fastidio, incomodidad. Leve como una pluma "estar aquí comiendo a hurtadillas en mitad de la noche" no significa absolutamente nada. Todo está perdido. Al final me río.  

viernes, 28 de octubre de 2022

Nostalgias (349/365)

Contemplo de lejos una vida que se ha ido para siempre y casi caigo en la tentación de sentirme triste. Es lo habitual, la reacción más corriente. Pero me resisto. Miro con curiosidad, como si fuera alguna clase de tesoro antiguo o al menos un aparato raro que hace música, la vida que ya no tengo, que terminó, quizás antes de lo que yo habría querido, quizá mucho después de que debía terminar. Un día, una vida. Un amor, una vida casi eterna. Miro como una niña que descubre. Como una mujer que se pregunta. Miro, pregunto, pero miro de nuevo y examino con cuidado. Miro mi ex-vida como si no hubiera sido mía y descubro que nunca lo fue. Que ya no queda ni polvo de la que encarnó esos momentos bellos, sin embargo, los residuos de alegría me pertenecen. 

Me aproximo con la confianza de quien se sabe dueña de todo para comprender, gozosamente, que nada me ha pertenecido y nunca lo hará. entonces ya no me siento pegada de nada, liviana, libre. Mi vida y sus pedazos, apenas memoria.  

jueves, 27 de octubre de 2022

Solo extrañar (348/365)

No es un problema extrañar algo, a alguien. No es una sensación que requiera ser aliviada (a veces). No es tampoco algo que una quiera quitarse de encima. Extrañar es extrañar, solo eso. Poder permanecer en esa sensación tiene algo de encanto. Extrañar no es sinónimo de querer regresar, sino deleitarse en la ausencia de algo bello, algo vital, una sensación de calor y de alegría. 

Extraño a un hombre que amo, sí. Pero estamos bien así, al menos por ahora. Yo solo sé traicionar mi corazón. 

miércoles, 26 de octubre de 2022

Extraño (347/365)

He estado pensando en un hombre al que ya no veo. Ya no viene a verme a mi casa. Ya no salimos a comprar las cosas de la cena al supermercado de la esquina. Me pregunto qué es lo que extraño. Su olor tan particular. Su risa. La forma en que sus manos agarraban mi cuerpo. Su afán. Su sabor. La sensación desesperante de que no encajábamos de ninguna manera. Mi pasión por su vida. Mi afición por estar enamorada. 

Aunque no sepa qué, extraño algo. Él. Nosotros. Mi herida. 

martes, 25 de octubre de 2022

Limpiar (346/365)

Con un paño limpio recojo el polvo acumulado sobre las palabras del amor; limpio cada una de sus letras, soplo con cuidado en los espacios vacíos. 
Una nube de partículas grises queda flotando en el ambiente: células de piel muerta que se fueron apilando sábado a sábado en la quietud de la habitación. 

lunes, 24 de octubre de 2022

vivo (345/365)

Vivo

como vive alguien que no tiene mucho

porque no necesita mucho

porque vive

y eso sacia la ansiedad de tener que inventarse la vida 

y de ver venir la muerte

implacable

inmutable

Mi casa es una casa de silencio


domingo, 23 de octubre de 2022

Idénticos (344/365)

Te miro a través del cristal de mi corazón y me descubro en un espejo. El mismo temor, la misma coraza, la misma ilusión. Me veo cuando te acercas y me tomas de la mano. Mi llanto es la humedad que escurre por tu espalda cuando, embriagado de placer, te sacudes desde adentro de tu cuerpo. Me enojo conmigo cuando te vas y me enojo contigo cuando yo me quedo, sin ti, sin mí, solo con la fuerza que se crea en el choque de nuestros anhelos. Somos espejos que replican hasta el infinito la oscuridad y los destellos que nos hacen aparecer tan diferentes. Idénticos. 

sábado, 22 de octubre de 2022

llueves (343/265)

Un relámpago

ilumina el cielo        y tú

lluvia

torrencial

inundas 

de lado        a lado

la calle de mi casa

mi casa

el cielo

jueves, 20 de octubre de 2022

Aprender-Amar (341/365)

Estoy aprendiendo.

Cuidar-amar. Expandirse-amar. Presentarse-amar. Compartir-amar.

El instante crudo. La realidad sin edulcorar. Todo lo que somos al descubierto. Meter los dedos en las heridas -no tener miedo de lo caliente y lo vivo.  

Amar no es una emoción, no un sentimiento. 

Amar es responsabilidad (desde lo vulnerable) con el propio corazón y el de otro ser

        el cuerpo el tiempo la palabra los objetos la emoción la ilusión la herida.

Ni las mejores intenciones nos eximen de lastimar. Nos tropezamos con el anhelo.

Creemos en el amor 

        los que amamos

Aprendemos de las cachetadas de realidad que todo es más simple

        nada importa tanto

        como el amor

        como el instante

        como cuidar

        de uno

        del amor

 


miércoles, 19 de octubre de 2022

Cuidar el cuerpo (340/365)

Me duele el hombro derecho desde hace más de dos semanas. Un dolor que ha ido en aumento y que no tiene una causa aparente (como si cargar la congoja de una vida no fuera una carga excesiva) me ha obligado a consultar al médico finalmente. Me recetaron antiinflamatorios tres veces al día, a ver si a lo mejor eso funciona. No sabemos qué es lo que tengo exactamente. Supongo que el tratamiento es por si acaso. Por si acaso es algo que está inflamado y entonces ha de pasar sin mayor complicación. O por si acaso no es nada al final de cuentas y la cosa es que me siento agotada y con ganas de cuidados. O por si acaso es algo más grave pero vamos descartando para darle tiempo al sistema de salud de que pase un mes y llegue la fecha de la cita que logré pedir para algo que me habría gustado consultar ahora mismo. 

Este dolor me recuerda el paso del tiempo y el inevitable deterioro de este cuerpo que me sostiene y que por temporadas no cuido lo suficiente, como si tuviera uno de repuesto, como si este hombro que me duele pudiera cambiarse por otro nuevo, otro mejorado, cuando el que uso se acabe de gastar. Como si tuviera otro corazón y pudiera arriesgar este por cada ternura que se me ofrece, como si no importara dejarlo al sol y al agua a cambio de un poquito de atención. Hay que cuidar el cuerpo y sus partes, porque no hay repuestos y las reparaciones resultan siempre deficientes (sobre todo las del corazón) 

martes, 18 de octubre de 2022

La vida que quiero (339/365)

No, me es imposible vivir una vida sin estructura. Mejor dicho, no quiero, no ahora, no así; haciendo lo que me dan ganas de hacer y comiendo lo que se me antoja. Parece la descripción de esa baratija a la que llamamos felicidad, pero no es eso lo que yo quiero. A mí lo que me gusta es colgarme una reliquia en el cuello, una joya ennegrecida por el tiempo, un artilugio pesado y sin brillo: levantarme a la misma hora inclusive los domingos, hacer lo que hay que hacer, comer comida que venga de la tierra, guardar silencio cuando estoy a solas, mantener mi cuerpo limpio, mantenerlo fuerte, la ropa bien doblada y la casa iluminada. Quiero apagar la luz cuando es hora, darme cuenta de que respiro, ser capaz de prestarle atención a la gente que amo, sumergirme entre mis libros, aprender cosas que me maravillan.

Disciplina, se llama y es todo lo que quiero. 

lunes, 17 de octubre de 2022

Agotada (338/365)

Un dia me despierto y me agota incluso tener que respirar. La sola idea de ser esta persona y sostener esta vida, sacar adelante algún proyecto, así sea mantener mi casa en pie, me parece demasiado. No comprendo de dónde proviene esta sensación. No me explico qué pasó con mi entusiasmo, con esa energía que era capaz de hacerme caminar por encima o por debajo de la masa gris de los días idénticos de un mundo como este. Ni vuelo, ni me sumerjo. Con dificultad me dejo arrastrar por la corriente mientras miro un poco más allá con esperanza. Lo odio. 

Pero no tengo alternativa, me despierto un día tras otro y cualquier cosa puede suceder (otra vez se me cuela la esperanza. Otra vez lo odio). Pero lo que en realidad sucede es que la burbuja de vida se rompe incesantemente sin dejarnos apenas contemplarla, cuando apenas estamos estirando los dedos para sentirla, ya está explotando. Soy una niña que llora intentando atrapar una burbuja en el aire. 

domingo, 16 de octubre de 2022

Torrencial (337/365)

Vamos conversando bajo el torrencial cobijadas por dos paraguas diminutos

casi ni notamos que tenemos los tenis repletos de agua 

que nuestra ropa pesa más en cada esquina

empapada

Estamos escondidas en una esfera impermeable

cálida

nuestra amistad


Yo tengo un perro y tu tienes un gato

tu tienes un hijo y yo tengo estas palabras

nuestro destino es mirarnos a los ojos con compasión

aprender a descifrarnos

a conocernos a medida que nos vamos transformando en lo que somos

¿qué clase de ancianas vamos a ser?


Me asomo a la crisis de los cuarenta

y tú

esplendor


Sentadas en tu sala en ropa de dormir

nos escuchamos y nos decimos con amor lo que pensamos 

una sobre la otra

nuestras vidas

                 ensayos de felicidad

buscando lo que hemos perdido en donde no lo hemos perdido

sábado, 15 de octubre de 2022

Efervescencia de palabras (336/365)

¿De dónde sale la idea de buscar sentido en algo diferente de lo que soy? No hace falta. Hay mucho ruido en el mundo que me rodea, muchos olores, muchos antojos en las vitrinas de la panadería. Me confunden unos brazos fuertes abrazando mi cintura. Me enceguece el blanco brillante de una camisa de lino cruzando el semáforo de la avenida novena con setenta y nueve. No necesito nada de eso porque tengo las palabras y su potencial. Tengo la efervescencia del lenguaje y de lo que pueden hacer las palabras, incluso cuando no se están escribiendo, incluso cuando no son pronunciadas. Me burbujea un impulso, un gozo, un germen escondido en los sonidos posibles de las palabras cuando se ponen unas al lado de otras. No estoy hablando de escribir, estoy hablando de una certeza de existir a través de la experiencia de los libros y las lecturas y la escritura y el compartir un sentido o inventarlo o desvelarlo. Me enamoro de esta vida que sostengo con los hilos finos de las palabras que inventan todo, a mí misma incluso, esta alegría incluso. 

Reconquisto un sentido de ser a través de la poesía. Me agarro de las páginas impresas y resisto a la inercia. Ha valido la pena tanta pena y tanto gozo, intentar, nombrarme. Me hago una coraza de palabras y el mundo la rompe en dos, me rompe en pedazos incontables. Un acertijo, una charada. Soy yo en todos los fragmentos. Ninguno de esos soy yo. 

viernes, 14 de octubre de 2022

Estela del día (335/365)

La puerta del ascensor se cierra conteniendo la estela del día. Nos miramos y levantamos las cejas en una carcajada. La marihuana y la colonia, el líquido que desprende la basura, los perros cuando regresan de un paseo bajo la lluvia ambientan nuestra complicidad amorosa contenida en el pequeño espacio en movimiento. Nos gusta mirarnos en el espejo durante los doce segundos que nos toma ir del primero al quinto piso. A veces nos besamos apasionadamente. Imaginamos que los vecinos hacen lo mismo.

¿Qué piensa de nosotros el portero, que vigila a través del monitor? A veces dramatizamos para él. A lo mejor dramatizamos para nosotros mismos.

La puerta se abre y vamos hasta el final del pasillo. Nos llevamos pegada en el cuerpo la humedad caliente.

jueves, 13 de octubre de 2022

Chispa (334/365)

Una pesadez del cuerpo me impide ser la versión de mí que prefiero y me parece que quiero pasarme la vida en la cama, con mi perra lamiendo mi mejilla, las dos hechas un ovillo de pelos y calor y cariño. Me cansa la forma en que opera el día a día de un mundo enfermo que espera que seamos capaces de resistir, medianamente sanos, la exigencia, la perfección, el desamparo.

Estoy harta de que todos estemos cansados y tristes, de que no tengamos suficiente de nada, viviendo abrumados por lo mucho que tenemos.  ¿Qué es lo que confunde tanto?

Me pone furiosa el esfuerzo en tantas cosas sin sentido; trabajar cuarenta horas a la semana y apenas arañar momentos para leer poesía en el parque o para caminar con los cachorros el domingo, para ir al cine y tomarnos de la mano con alguien que amamos, para cocinar comida que sostenga nuestra vida y no la apague, para dormir todo lo que el cuerpo quiera y alcanzar, alcanzar a todo, alcanzar a todos. Y eso que soy privilegiada.

Qué incomoda esta ilusión de que el caos tenga dead line. No lo tiene. Es el ciclo de nuestra propia vida, pero insistimos. Descorazonador. 

Hay que desarmar la rueda en la que hemos sido embutidos unos sobre otros, unos a costa de otros; darle la vuelta a todo, romperlo, incendiarlo, desistir y renunciar. Hay que hacerlo valerosamente y con dignidad. ¿Importa? Importa. Lo que hacemos importa, la forma en que vivimos importa, la transparencia con la que amamos importa mucho. 

El enojo que pone en movimiento es valioso, es la chispa capaz de iniciar la hoguera en donde fundirnos finalmente. Mi útero se calienta y está a punto de explotar. Una fuerza de vida que me susurra que ya hemos tenido suficiente. 

miércoles, 12 de octubre de 2022

Gustos (333/365)

Me gusta la vida cuando me gusta y me gusta más cuando no la entiendo. He aprendido a tolerar la sensación de hambre, el silencio pesado de una soledad, el dolor del codo derecho, la luz excesiva de las diez de la mañana, la ausencia, la intermitencia, el desamparo. 

Me gustan las cosas bellas y las cosas viejas. Me gustan los cuerpos heridos y cansados. Me gusta el placer pequeño de la casa limpia. Me gusta que me duela verme envejecer. Envejezco. Cambio. Me voy quedando atrás. Me resigno.

Las cuentas regresivas me hacen ansiosa y quiero abarcarlo todo, en mi pecho, en mi día, en mi lista de asuntos resueltos.                 Me resigno y me obligo a saborear lo que no me gusta de la vida, de mí especialmente, mi amargo, mi descompuesto, mi rancio sabor humano.

Un día, de repente, un gesto amable aplaca todos los intentos de escapar. Y me quiero quedar, quiero sentarme a la mesa y servirme apenas un poco, solo un poquito y saborear -mi propio paso por el tiempo, mi confusión y mi gusto por la vida que no me gusta- 

martes, 11 de octubre de 2022

Estoy a gusto (332/365)

Mi pecho es una playa de arena cálida en la que juegas. Te entretienes construyendo montañas y haciendo fosos para capturar un poco de agua. Te mojas las plantas de los pies y dejas huellas cuando vas hacia mi ombligo. 

Tus manos ondulan con el agua salada para alcanzar mi cintura y cada vez que llegas me deshago en espumas, en conchitas nacaradas, en algas que llegan flotando a la superficie de un día.

Tu sabor y descubro la razón del silencio y del canto de la oscuridad estrellada. Me quedo quieta para no despertarte y acompaño de cerca tus días de sosiego. Me quedo tendida, infinita, para ti. Soy esta sensación de estar a gusto contigo. 

lunes, 10 de octubre de 2022

disciplina (331/365)

Me impongo una dulce disciplina 

lavar los platos
tender la cama
guardar silencio ante la provocación

Pienso dos veces antes de salir a la calle
consulto mi monedero cuando entro a la panadería
observo con cuidado unos labios que me seducen
pienso dos veces antes de salir a cualquier lugar

Que la vida no se trata de hacer lo que quiero -me digo-
cuento hasta cinco 
hasta diez
                algo no va como espero
una disciplina me obliga a caminar derecha
a apagar la luz
a encenderla antes de que salga el sol

Pierdo la esperanza de que algo cambie
y entonces algo empieza a cambiar

domingo, 9 de octubre de 2022

Dichosa (330/365)

Me gustaría tener un conocimiento de la naturaleza que me permitiera crear metáforas sobre sentirme infinita y conectada con el todo; sobre ser un ser luminoso; sobre la generosidad de un amor auténtico. Poder dibujar con palabras imágenes poderosas que conmuevan y que, de alguna manera, capturen las sensaciones de dicha que experimento, al menos fugaces.

Pero no tengo nada de eso. Mi dicha, los trocitos de dicha en que me convierto se parecen más a los mocos que se escurren cuando veo a mi hermana llorar y soy incapaz de sentir otra cosa que su propia angustia y desesperación. Algo que llamo dicha es el golpe seco en el estómago cuando veo en una tienda partituras que me recuerdan a Pablo tocando el piano para mí. Un pedacito de dicha se me aparece cuando la ansiedad me empuja a comerme un sándwich y dos y un poco más hasta la incomodidad física.  Soy puro cansancio de una vida circular que no tiene el menor sentido. Una y otra vez lo intento hasta que las razones desaparecen. Un destello de dicha cuando ya no queda nada. 

Toco mi teléfono de nuevo para ver si hay algún mensaje. ¿Suena familiar? Tocamos el teléfono y no hay ningún mensaje. Sólo no hay ninguna mensaje. No hay nada más. 

No hay más dicha en el océano infinito que en el lavaplatos lleno de loza sucia. No hay más claridad en un amanecer que en la canasta de ropa sucia hasta el tope. La ansiedad, el llanto, el apego, el temor, los celos. La ternura, la compasión, la alegría. No hay nada más. Solo la dicha.

sábado, 8 de octubre de 2022

Encontrarte (329/365)

Te crucé esta tarde por casualidad y la presencia de tu ser tan cerca del mío, invisible, fue una patada de realidad a la altura de mis costillas. Apenas si te pareces a ti, apenas si te pude reconocer en unas manos que no eran las mías. 

La veo alejarse mientras tú esperas un instante en el hall del teatro.


¿A qué huele tu cuerpo cuando la música te hace suyo?

¿A qué sabe tu espalda empapada por la emoción?

¿Qué siente apoyar la frente en tu frente

recibir tu aliento dentro de la boca,

el impulso de tu vida,

en la punta de tu lengua el corazón desbocado?

 

Percibo mi boca inundada de saliva y trago. Vuelvo a la sensación de dolor seco en una parte de mí que no sirve para nada.

viernes, 7 de octubre de 2022

Vienes (328/365)

La mano que toca la piel es todas las manos que no han tocado el cuerpo, apenas las partes visibles del deseo. 
Imagino que abro la puerta y te encuentro. Lo imagino veinticinco veces y cada vez me emociono más que la anterior. Has venido a mi casa y te has quedado a dormir. Tu sonrisa y la mía que se acercan y se juntan es todo lo que importa. 

jueves, 6 de octubre de 2022

extraño (327/365)

Miro tu imagen en blanco y negro y quiero hacerte aparecer en mi cuerpo como por arte de magia, hacerte de nuevo carne caliente entre mis manos, amor del más transparente en la punta de mis dedos. Tengo grabada en mi boca la sensación de la piel herida de tu cuerpo, el sonido de tu tristeza en el teléfono, la risa que acompañaba tu mano en mi nalga izquierda. Cada vez que aparece tu imagen en mi pantalla, un impulso inconsciente me hace capturar la imagen y almacenarla junto con las otras (todas en blanco y negro) como un álbum antiguo, como un vestigio de otro tiempo, de otro momento de la historia, de la nuestra, de mi deseo, de mi apuesta por amar de verdad verdad. No parece, pero salimos ganando los dos. Presumo ante las parejas que veo en las calles un corazón quebrado por el amor con todas sus letras y su dimensión. Nada que ver con las baratijas que luce la gente por ahí, que no es ni sombra de esta piedra rara que nosotros sacamos del fondo de alguna cueva de un paraje exótico en un  país que queda lejísimos para ponerla en la mitad de una mesa de fiesta servida para los dos y celebrar que la vida nos ha atravesado y hemos sobrevivido para mirarnos a los ojos y aceptar que somos cobardes y que así, en todo caso, saltamos a la vida y saltamos uno en las manos del otro a riesgo de no tener la fuerza para sostenernos. Se me cae el mundo cuando me sorprende una foto tuya en mi teléfono. Se me escurre la nostalgia por las mejillas y aprieto los dientes para no pronunciar ninguna palabra gastada. Te extraño. Sí. Cada vez que cruzas por mí, te extraño y me alegra poder experimentar esta falta. Está bien. Solo es extrañar. Nada diferente tiene que pasar. Es amor y está bien. 

miércoles, 5 de octubre de 2022

Jugar (326/365)

Cuando me siento a tu lado quiero hacer de cuenta que no hay dramas en el mundo y que puedo entregarme a esta sensación de estar muriendo de sed mientras en tu boca está la fuente inagotable que mantiene la humedad del mundo en equilibrio. Tu boca melocotón sandía lima. Tu boca llovizna páramo nieve perpetua. Hago de cuenta que no noto la tensión de mi cuerpo cuando el tuyo lo atrae, pero sí la noto y voy jalando, estirando, tensando más, creando una fuerza en la que me puedo parar, más alta, para ver el fondo de nosotros dos. Es un juego y lo voy aprendiendo despacito con los ojos cerrados dejando que tu voz me oriente. Nadie gana. Pero al final ganamos los dos, verdad? Jugar por jugar y hacer de cuenta que no hay dramas en el mundo. 

martes, 4 de octubre de 2022

Incapaz de poesía (325/365)

Esta noche soy incapaz de escribir un poema. El tiempo me ha derrotado en el intento por reconstruir una vida que amé y no me queda más que intentar construir alguna otra cosa con mi esfuerzo y mi dignidad. Miro los mechones plateados que destacan en mi pelo, tan bellamente; mi cuerpo cansado, cansadísimo sin razón que lo justifique; mi llanto tan fácil cada vez que se me cae una prenda de ropa o no encuentro las llaves antes de salir de casa. Necesito una pausa. Eso y ser cuidada con amor. Necesito sentirme pequeñita y débil sin sentirme asustada. Necesito poder mirarme con la confianza de no pertenecer a ningún lugar y ahí encontrar mi casa. Necesito poder mirar las heridas que esconden los seres que amo y untarme los dedos con la sangre y los fluidos de un cuerpo vivo. Necesito una pausa, mis libros, la lengua rasposa de mi perra, el llanto de mi mejor amiga, el cuero cabelludo de mi hermana entre mis uñas, los pies fríos de mi mamá debajo de las cobijas, las manos de un amor agarrando mi cadera, los labios de un otro amor acariciando mi cuello, el cabello de mis sobrinas enredado entre mis dedos, las risas escandalosas de mis tías, mi taza de té, mis máquinas de coser, mis libros de nuevo, mi fogones ocupados, mi tapete de yoga, mis budas, mis vestidos y mis medias veladas, mis flores, mis plantas, el cuerpo de ese amor de nuevo dentro de mi cuerpo, mis otros amores amándome, mis amores imposibles amándome, mis promesas cumplidas, mis horarios, mi casa perfectamente limpia, mi piel brillante, mi alegría, mi concentración, mi silencio, una pausa. Necesito la poesía, desesperadamente. La necesito para atravesar este momento y así ser capaz de que este momento me atraviese. 

lunes, 3 de octubre de 2022

noche (324/365)


A veces me convierto en un ser acuático de la noche

A veces
cuando pasas tu mano por mi mano
te desgajas en aguacero 
inundas
pliegues        cuerpo         memorias que inventamos

Brillas
todo
humedad que ilumina el asfalto y los vasos de cerveza fría y mi cuerpo 
pasando por tu cuerpo
todo brillante 
(tus brazos fuertes, tus piernas perfectas, tu boca, tu pecho que palpita)
tu luz
rojo brillante que brota de mi herida
tú la contienes soplando sobre ella
sobre mi pecho que palpita
quitando el polvo que se acumula en mi boca

humedad brillante
la noche del ser pequeño de la noche en el que me convierto cuando llueves

domingo, 2 de octubre de 2022

Universal (323/365)

Me llama la voz de lo que amo: de los cuerpos y las cosas que hacen los cuerpos que amo, la sensación de habitar un lugar tibio, la confianza de dejarme caer en una superficie que me recibe sin lastimarme. Las insignificancias de los días me restauran, susurran los secretos del vivir. 

Un canto me llama desde el centro del centro de todo lo que ilumina.

Nací de una mujer preciosa que impulsó mi tránsito a este mundo con todas sus fuerzas y así continúa, con toda su fuerza, haciendo lo mejor que puede hacer. Yo, con toda mi fuerza, también, hago lo mejor que puedo, aunque a veces no sea suficiente para mantener el mundo a flote. 
Somos naufragio desde el inicio pero dejamos que la sal nos enrede el pelo mientras sucede. ¿Qué dicen los libros sagrados sobre la sal?

La voz de mi madre me llama desde el centro del centro de esta noche y yo le susurro mis amores. Su gesto cuando posa en las fotografías me enternece y me llama de nuevo al lugar del que he venido. No somos dos seres separados, somos exactamente la misma sustancia que florece en dos lugares, idénticos, el mismo ser, la misma experiencia humana. Nos replicamos, nosotras que somos, una vez tras otra en todo lo que conocemos, en todo lo que ni siquiera imaginamos. 

Un canto universal.
Mi poder.

sábado, 1 de octubre de 2022

Ilusión (322/365)

Todo lo que me desilusiona es buen amigo. Releo esa idea y no la aguanto.

No soy capaz de comprenderla. No quiero.

Y entre más me resisto, más duro me golpea.

Todo destello de ilusión hecho pedazos.

Me hiero las manos intentando retener al menos una parte pequeñita.

Fracaso una y otra vez. Me quedo sola una y otra vez.

Pero no es más que ilusión. 

Un buen amigo este dolor y este llanto que intento contener mientras camino de noche regresando de la biblioteca. 

Me golpea por dentro con un puño invisible direccionado por mi propia voluntad.

Soy mi mejor amiga.

Ilusión.