miércoles, 19 de octubre de 2022

Cuidar el cuerpo (340/365)

Me duele el hombro derecho desde hace más de dos semanas. Un dolor que ha ido en aumento y que no tiene una causa aparente (como si cargar la congoja de una vida no fuera una carga excesiva) me ha obligado a consultar al médico finalmente. Me recetaron antiinflamatorios tres veces al día, a ver si a lo mejor eso funciona. No sabemos qué es lo que tengo exactamente. Supongo que el tratamiento es por si acaso. Por si acaso es algo que está inflamado y entonces ha de pasar sin mayor complicación. O por si acaso no es nada al final de cuentas y la cosa es que me siento agotada y con ganas de cuidados. O por si acaso es algo más grave pero vamos descartando para darle tiempo al sistema de salud de que pase un mes y llegue la fecha de la cita que logré pedir para algo que me habría gustado consultar ahora mismo. 

Este dolor me recuerda el paso del tiempo y el inevitable deterioro de este cuerpo que me sostiene y que por temporadas no cuido lo suficiente, como si tuviera uno de repuesto, como si este hombro que me duele pudiera cambiarse por otro nuevo, otro mejorado, cuando el que uso se acabe de gastar. Como si tuviera otro corazón y pudiera arriesgar este por cada ternura que se me ofrece, como si no importara dejarlo al sol y al agua a cambio de un poquito de atención. Hay que cuidar el cuerpo y sus partes, porque no hay repuestos y las reparaciones resultan siempre deficientes (sobre todo las del corazón) 

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