martes, 4 de octubre de 2022

Incapaz de poesía (325/365)

Esta noche soy incapaz de escribir un poema. El tiempo me ha derrotado en el intento por reconstruir una vida que amé y no me queda más que intentar construir alguna otra cosa con mi esfuerzo y mi dignidad. Miro los mechones plateados que destacan en mi pelo, tan bellamente; mi cuerpo cansado, cansadísimo sin razón que lo justifique; mi llanto tan fácil cada vez que se me cae una prenda de ropa o no encuentro las llaves antes de salir de casa. Necesito una pausa. Eso y ser cuidada con amor. Necesito sentirme pequeñita y débil sin sentirme asustada. Necesito poder mirarme con la confianza de no pertenecer a ningún lugar y ahí encontrar mi casa. Necesito poder mirar las heridas que esconden los seres que amo y untarme los dedos con la sangre y los fluidos de un cuerpo vivo. Necesito una pausa, mis libros, la lengua rasposa de mi perra, el llanto de mi mejor amiga, el cuero cabelludo de mi hermana entre mis uñas, los pies fríos de mi mamá debajo de las cobijas, las manos de un amor agarrando mi cadera, los labios de un otro amor acariciando mi cuello, el cabello de mis sobrinas enredado entre mis dedos, las risas escandalosas de mis tías, mi taza de té, mis máquinas de coser, mis libros de nuevo, mi fogones ocupados, mi tapete de yoga, mis budas, mis vestidos y mis medias veladas, mis flores, mis plantas, el cuerpo de ese amor de nuevo dentro de mi cuerpo, mis otros amores amándome, mis amores imposibles amándome, mis promesas cumplidas, mis horarios, mi casa perfectamente limpia, mi piel brillante, mi alegría, mi concentración, mi silencio, una pausa. Necesito la poesía, desesperadamente. La necesito para atravesar este momento y así ser capaz de que este momento me atraviese. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario