viernes, 9 de noviembre de 2018

Lo que me falta

Estoy enamorada de esta vida que me invento.

Me gusta el olor de mi casa cuando hace calor y mi perro está dormido.
Me gusta la ensalada del almuerzo, con todo y los garbanzos salados.

No cambiaría por nada la siesta en el sillón de mi bisabuelo, mientras el té se enfría sobre la mesa.

He aprendido a intercalar el silencio con mi canto desafinado.
Disfruto el polvo que se acumula sobre las cosas,
los libros refundidos en mi cartera,
caminar siempre las mismas calles al mismo ritmo.

Me encanta comerme todas las palomitas en el cine
y enredar mi pelo en el viento.
Me gusta ir en taxi,
repetirme las películas que me hacen emocionar,
coquetear con desconocidos,
comer postres empalagosos con mi madre
y el frío consultorio de mi terapeuta.

He sido cautivada por la herida
y atesoro solitariamente mi humanidad.

Nadie espera que sea perfecta, salvo yo.

Estoy enamorada de los días y las noches de esta vida,
lo único que me falta es un poquito más de ti.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

La extravagancia de sentirme enamorada

Acabo de salir de la ducha luego de bañarme por décima vez, intentando deshacerme de esta sensación pegajosa de extrañarte.

En el espejo empañado he puesto tu nombre,
para que desaparezcas cuando el aire frío haya regresado a mi casa.

Voy a cambiar las guardas y voy a cambiar los muebles de lugar.
Pretender que no estuviste nunca aquí y que esta es una casa nueva,
un lugar que no te ha visto caminar desnudo, tan seguro de tu belleza.
Tu, que no te pareces a nadie.

El último rastro que dejaste fue una taza azul y una cuchara cubierta de azúcar.

Ya quité la telaraña del techo para no escuchar tu voz cada vez que me voy a dormir: "tienes un bicho en el cuarto".

Desapareciste por primera vez.

"No te enamores de mi", dijiste
Mientras yo aspiraba tu perfume de mandarinas dulces, ese que tu cuerpo arrojó misteriosamente sobre el mío mientras hacíamos el amor.

No voy a volver a sentirme música entre tus manos, ni memorizaré siete series de números para verte sonreír; yo, que adoré cuando inventaste juegos para pasar el tiempo: ajedrez, adivinanzas o abrazarme como si me quisieras un poquito.

Desapareciste por segunda vez.

De todas las rarezas que me habitan, enamorarme con facilidad es la única que me molesta.

Yo hice de tu cuerpo un mundo y lo recorrí maravillada.
No tuve la precaución de pedir permiso -no se pide permiso para amar a alguien-,
entonces aprendí a perder.
A perderme en ti.
Y a perderte al final de todo.

viernes, 26 de octubre de 2018

Menos sola

Leo a J.J. Millás que dice "Perseguimos cosas que no existen"
y me siento menos sola.

Me encuentro con que hay otros como yo, que buscan;
los que no sabemos sino darnos
porque nacimos con una falta adentro,
un agüjerito en el alma que no ha de llenarse jamás.

Acaso ¿hay alguien que escuche?

Han pasado seis lunas brillantes por el cielo
y yo sigo esperando que algo suceda
como si el mundo entero no estuviera ya hecho polvo,
como si algo de lo que veo se pareciera a lo que reconozco.

Lo que había de pasar ya pasó.

Pero mi deseo ha estado perezoso
y no ha podido seguir el ritmo del baile.

Lo que yo creía que quería
ya no lo quiero.
Nunca he de encontrar
pero me siento menos sola.

domingo, 21 de octubre de 2018

cubierta de esperanza

Esta sensación en el pecho
que no estalla y que me rompe adentro...

Esta presión,
esta angustia,
esta ansiedad...

Este no saber
que me inunda toda,
que me moja el sexo
y me corta la respiración.

Esta apatía por las cosas familiares,
que me abre el apetito
por todos los sabores por los que nunca pude pagar.

Y entonces hago tonterías todo el tiempo,
hambrienta,
un poco ciega buscando con mis manos desnudas
en los lugares donde sé que no se encuentra.

Salgo siempre herida
pero me lleno el cuerpo de esperanza,
me cubro toda, como quién se protege de los bichos,
sabiendo que nada funcionará y
que tarde o temprano estaré de nuevo herida,
de nuevo agonizando,
perdida,
sangrante el corazón.



sábado, 1 de septiembre de 2018

Entre la miel

Con ganas de algún sabor dulce en mi lengua
metí los dedos en el frasco de la miel.

unté el índice y el pulgar.
Sentí mi mano atrapada,
el frasco reventó.

Derramado sobre la mesa el oro de las flores y brillante la sangre que brota de mi mano.

Es una cortada profunda, dijo el doctor.
Yo no sabía lo que pasaba
solo un inmenso ardor y sentimientos de haber perdido algo importante.

No puedo sostener el lápiz,
no puedo abrir el libro sin echarlo a perder.

Escondo la mano debajo de falda
pero por la pierna resbala
aquella extraña mezcla naranja,
entre tibia y pegajosa.

Lo único que me apena: he manchado mis zapatos blancos.

Quieta

Estar quieta resulta un aprendizaje doloroso:
dejar de hacer, de moverme de aquí para allá
apaga los sonidos de los pasos
la forma en que el tiempo parece comunicarse conmigo.

Yo pensé que los días serían más largos
más densos
más poblados de melancolías.

Pero amanece y anochece de la misma manera
mientras las mujeres ocupan cada una el mismo lugar.
Cansadas, somnolientas, esforzando un aliento más
para cuidar
para reparar
para aliviar.

No está mi lugar aquí, sin embargo encuentro belleza
en este ritmo cotidiano
donde la vida ocurre.
No, no está aquí mi lugar
pero puedo estar a gusto.

Ansío las palabras y el ruido de mi propia soledad
cada parte de mi cuerpo en su lugar
y el llanto fácil de regreso
mientras me ocupo de nuevo.

Pero hay algo por aprender
dejar de resistir a lo simple
a lo absurdamente llano de los días 
estar aquí y no estar allá
estar conmigo y no solo conmigo
desaparecer un poco y aparecerme con todo lo nuevo
las decisiones, la vida que puedo elegir
el camino
las palabras
y el silencio.

sábado, 28 de julio de 2018

Lazos

Mis pies apenas si tocan el suelo al caminar.
El viento de la ciudad
se cuela por debajo de mi blusa
y me acaricia.

Estoy encantada con la suavidad de este día.

Todo es rosa en la casa:
el aire,
la música.
mi cuerpo que te acoge.
Fresas y champaña al calor del sol de la tarde
y mi corazón...

Ah mi corazón!
anhelante 
hogar de aves y de flores,
ligero de tristeza,
vacilante entre irse o esperar.

Sin sombra,
sin miedo,
envuelto en el uterino silencio
ha nacido un corazón.

viernes, 13 de julio de 2018

Nuestra conversación

Es curioso que siempre hablemos a propósito de flores hermosas.
Tu caminas por un país mediterráneo mirando los almendros florecer
y yo voy de prisa al trabajo
pescando algo de belleza para soportar la rutina de otro día.

Que disfrutas del verano, me dices.
Yo imagino tu piel caliente bajo un sol que no me ha besado
cielos acariciando el mar.

Parece que no hay más que decir que rosas de todos los colores.

Tu
en medio de la ciencia de hacer más bello lo que ya es bello,
yo
alimentando mi alma salvaje con lo que crece al cuidado de dios.

viernes, 6 de julio de 2018

La poesía

Me escribo a mí misma con mala letra y con errores de ortografía.
Manchado el papel, 
derramado el té sobre la mesa 
hago lo mejor que puedo.

Me escribo a mí misma con amor.


Aún no me sale bonito 

pero me escribo de todas formas.

miércoles, 4 de julio de 2018

La fiesta de tu cumpleaños

Un incontable número de pasos
separa tu casa de la mía.

Pero tu sabes, amor de mi corazón,

que estoy viviendo contigo
el sueño de esas calles
y esos pasajes
y las escaleras del subterraneo,
para ir por el el pan y la leche
que ya casi ni se pueden pagar.

Lo que has pasado no ha sido poco

y por eso te mereces una fiesta.
Bailemos hoy
al ritmo de nuestra risa
y celebremos la complicidad de este lazo
tan raro,
tan fuerte,
tan incomprendido.

Encendamos las velas

y seamos descaradas con los deseos.
Cantemos a la madrugada,
borrachas ya
de todo el llanto que nos hemos bebido

Atesoremos

la vajilla de plástico,
la licuadora de juguete
repleta de moras robadas del jardín.

Tu y yo

reparando las lamparitas de la casa de muñecas,
escondidas entre un árbol de tomates amarillos,
inventando cuentos
o haciendo bolitas de arena en la playa.

Repasemos nuestros pasos juntas al colegio,

riéndonos en conciertos,
tomando el sol en un parque,
comprando mis vestidos y tus pantalones.


Esta sensación de tenerlo todo y aun así sentirnos tan tristes.

Pero alegrémonos hoy

-inconscientes de nuestra juventud-
por la poderosa fuerza que corre
en los cinco litros de sangre que le dan peso a nuestro cuerpo.

primer amor

Los mejores regalos llegaban siempre por correo.
Cómo todas las cosas que me importan,
las palabras
las recibí de una mujer.

La emoción de encontrar sobre la cama un paquete cerrado
con veintitres letras redondas: mi nombre.
Nada más abrir el empaque, el olor de la alegría me salpicaba la cara.

No había mucho en casa, pero había libros.

Hay un par resistiendo el paso del tiempo en mi biblioteca.
Amarillas sus hojas y rotas sus esquinas
el amor sigue intacto.


martes, 15 de mayo de 2018

El arte de cuidar el jardín

Voy a dedicarme al arte de cuidar un jardín.
Es una cuestión de paciencia,
de maravillarse con la lentitud de la naturaleza.

Cómo me gusta sentir la tierra entre las manos;
ver los bichos,
retirar las piedras,
sentir la vida.

Te levantas y no hay nada,
al otro día tampoco hay nada,
de nuevo te asomas
y
no
hay
nunca
nada.

Pero de repente una mañana hay algo.

Un suspiro verde asomando
resumiendo la vida de todas las galaxias alrededor...

en un diminuto puntito verde.

Así son los jardines.
Arrancar la maleza que aparece con rapidez:
ese verde que no es el tuyo,
no es el que te hace cantar el corazón.

Quitar y quitar y quitar
para que algo pueda aparecer.

Todo lo mágico sucede bajo la oscuridad de la tierra.
Allí es donde tiene origen la vida.

La impaciencia desde la ventana no puede ver más que la maleza
ignorando que
frente a sus ojos, la semilla se ha roto
y hambrienta de luz y aire
la nueva planta está creciendo
para ser una pera dulce
desgarrada entre los dientes;
agua milagrosa que bautiza los labios que sonríen.

lunes, 14 de mayo de 2018

La oscuridad

Uno es de donde es.
No importa si es una isla pequeña
que aparece y desaparece conforme va cambiando la luna.

Yo desperté
en la oscuridad que está después de lo más oscuro,
poblada de seres que han sido descritos solo en las ficciones de la ciencia.

Ahí estoy
levantando este refugio.

He traído madera seca, huesos secos, piel seca de las serpientes que ya se han ido.

Voy a quedarme a vivir aquí.
Voy a hacer una fiesta cada noche,
fiestas de aire frío y de aire caliente,
voy a cantar y a bailar la música de mi sangre
y voy a reírme fuerte, mostrando todos los dientes.

Voy a invitar a todos mis vecinos
y a recibirlos con frutas maduras
y vino en mi boca.

No hay espacio para las preguntas.
Voy a dormirme de día
para tener la piel brillante en la noche
y voy a tatuarme tu nombre
grande,
en la mitad de mi pecho
para que dance conmigo mientras estoy desnuda rodeando las hogueras.

Pareciera ser que al salir el sol se me seca el agua que llevo adentro,
pareciera que el ardiente azul del cielo me dejara ciega,
parece que todo se vuelve invisible a la luz del medio día.

No hay mapas de regreso,
no hay tiempo,
no hay estaciones aquí abajo.

Uno es de donde amanece,
de los lugares que solo uno reconoce
de los que se ha inventado
de los que lo han salvado
uno es del cuerpo que lo ha abrazado.

Uno es de donde es su oscuridad
de donde la vida da origen a la vida.

domingo, 13 de mayo de 2018

La caída

Estoy agotada después de esta larga caminata.  Traigo los pies llenos de ampollas, malheridos y con algunas astillas enterradas.  Los zapatos están rotos, la ropa toda mojada, pesada por el barro que se ha colado en cada bolsillo y cada cremallera.

No sé en que momento resbalé y rodé varios metros hacia abajo, hacia el fondo de las cuevas más oscuras. Desde el borde, mis amados gritaron con angustia pero ya era muy tarde.

La sensación de caer no es tan terrible como el momento en que realizas que estás en el suelo, casi sin poder moverte. La caída es una mezcla entre la emoción por sentir que casi vuelas y la tristeza de saber con certeza que no puedes volar.

Pero ya estoy en casa de nuevo; ahora entre la tina de agüita tibia, esperando a que el barro se desprenda de las uñas.

He puesto la ropa en una bolsa de basura. He puesto también allí aquella maleta vieja que llevé a todas mis caminatas previas, el equipo de montaña, la bufanda y los guantes, las botellas, las fotografías, el cuchillo y los cordones.

De regreso del hospital me compré una libretica nueva. Una que tiene los mapas a todo color y tiene mi nombre grabado en la portada.

En la primera página pone: qué los caminos sean siempre nuevos y los pasos de nuevo inocentes.

Estoy emocionada, lista para entrenar. Pero también estoy asustada. Voy a ser más precavida, caminar un poco más despacio, estar atenta a mis propios pies. Voy a confiar en mi brújula interior, escuchar el viento, hacerme amiga de los perros sabios y los lobos salvajes.  Voy a seguir el rastro del agua, a cobijarme debajo de los árboles más antiguos e ir al paso de mi propia canción.

Yo solía pedir indicaciones en cada cruce y compartir mis provisiones con todo aquel que cruzaba en el camino.  Ahora veo que fui una imprudente; aquellas costumbres me llevaron a extraviarme un par de veces y a estar, incluso, en peligro de muerte.   Ahora por suerte mis cicatrices me han hermanado con los más agrestes caminantes, los que saben andar,  los que tienen los mapas tatuados en la piel y que llevan savia en vez de sangre.

¡Que amanezca pronto para salir de nuevo! ¡Que me sanen las quemaduras de la piel y se caigan las costras de mis rodillas! ¡Que salgan a encontrarme los valientes y los aventureros!

El entrenamiento es en silencio y en soledad.


viernes, 11 de mayo de 2018

Sol que nace

El gozo del mundo existe
en el calor de tu piel junto a la mía,
ojos cansados con el sol saliéndonos adentro.

Hay una ventana grande
dos gatos y un perro que dejan soniditos en la escalera.
Las puertas se abren y se cierran dejando pasar
disimulado
el aroma del café de la mañana.

Se agotaron las palabras y una sombra de tristeza lo va cubriendo todo.

Trato de recoger entre mis manos y mi falda
toda la claridad que puedo.
No quiero que nada se escape
no quiero una sola gota derramada.

Me sonrojo al pronunciar las palabras más tontas,
las más obvias
las más triviales.

Es un intento desesperado por asir
millones de años de constelaciones y galaxias
que nos han traído hasta esta mañana,
desesperado amor por las cosas invisibles,
las efímeras tonterías que hacen valer la vida.

Todo es siempre un final,
cada momento termina con algo,
cositas que van muriendo segundo a segundo.

Esa risa tuya que me asesina,
que me deja sangrante el corazón,
que abre violentamente un espacio entre mis costillas
por donde
de nuevo, ese sol que me derrite adentro
puede salir y brillar.




domingo, 6 de mayo de 2018

Un hogar

Yo construí un hogar con mis manos.
Encontré cada piedra, cada cerrojo, cada pedacito de madera.
Yo inventé los mecanismos que lo abren y lo cierran,
los que lo mantienen caliente y a salvo.

Yo sola subí las puertas y los cristales
yo elegí los platos y las flores.

Yo, con mis propias fuerzas ajusté los cimientos,
las vigas,
el tejado.
Todo cuanto hay encima,
debajo y alrededor.

No quedó una grieta,
no quedó un desnivel.

Yo con mis propias fuerzas alimenté este cuerpo,
lo levanté y lo cuidé.
Canté, oré, medité y lo dejé como nuevo.

Yo caminé los caminos
e hice las penitencias.
Aprendí los rituales y allí puse mi corazón.

Yo amé con todo el amor
y lloré todo el llanto,
jamás odié, ni ahora puedo.
Yo pedí, hablé, llamé, busqué.

Allí me encontré.
Allí también me perdí.

No hacía falta esforzarme tanto,
aquí debajo de este árbol
al calor de esta estrella que me atraviesa puedo dormir esta noche.
Sólo en este silencio puedo descansar,
entonces saldrá el sol.

lunes, 30 de abril de 2018

fuego y agua

En este mar de lágrimas naufragan todos los barcos de papel.

Desde la orilla
él revienta los tambores y los cajones mordiéndose los labios
y enciende en llamas mi plexo solar.

Algunos llaman a eso mariposas en el estómago
pero no nacen mariposas en sus manos.
En él son cóndores casi extintos,
aves fenix
grifos
alicantos;
aves mitológicas de esas que pueblan los libros más antiguos de las bibliotecas.

Entre ese fuego y esta agua
mis caderas rasgan delicadamente
el azul vacío de los cielos.

viernes, 27 de abril de 2018

Flotar

Me gusta ver asomar las sonrisas en mi cuerpo
viniendo de los lugares más insospechados.

Siento como van regresando mis ojos de este viaje a ningún lugar
donde andan perdidos desde hace días
entre el llanto, las risas y las estrellas doradas.

Mi oscuridad, mis imperfecciones
son el mejor regalo que puedo hacerme a mí misma
porque allí, sentada en el suelo, desprovista de equipaje
puedo emprender los viajes más emocionantes.

Me embriago de ansiedad
de las ganas de compartir todas las cosas hermosas que me habitan.

¿en dónde había estado esta emoción?

El desvelo de las tres de la mañana me dice:
estás errando el camino de nuevo.
No es esta puerta la tuya.

Me abrazo a las madres que me han acogido
las que me cantan, me leen historias
y me recuerdan el fuego que me alumbra por dentro.

Yo conozco el camino,
solo que me hago la confundida.
Hay que dejarse estar
dejar de patalear
y relajarse con la corriente.
Es la única manera de salir a flote.

domingo, 22 de abril de 2018

¡Qué alegría que escribas!

Cuando el mundo se viene abajo
lleno ya de emociones que no se pueden controlar,
un beso desprevenido lo salva todo.
Pero me asusta sentirme ligera.

No sé sino escribir de mis anhelos,
de mis heridas y remiendos.

Me gustaría nombrar de alguna forma la emoción,
el poder de volcanes dormidos en mi interior:
las palabras y el placer como ardiente tierra
a punto de ser expulsada por el cielo
arrasando toda la oscuridad de las siete noches que la preceden.

Me pierdo en mis buenas intenciones
en las infinitas listas de propósitos que escribo
idénticas desde hace años.

Pero es tan bonito tener un lugar que pueda llamar hogar,
un cuerpo que pueda llamar mío,
un perro,
cinco plantas que regar,
un corazón que sanar
y palabras que me ayudan a transitar la angustia de los días.

Es tan bonito tener bajo la almohada las palabras
que describen la vida que ya tengo
que sin embargo, a veces me parece no merecer.

Yo quiero, igual que ella,
que me dobla en años y seguro en penas,
tener las manos delgadas de tanta vida que se ha dejado en el papel,
de tanto amar y secarme las lágrimas
de acariciar cabellos rubios
contar palabras
construir caminos
cavar tumbas
lavar los platos
pelar zanahorias
encontrar la magia de la piel.

En un universo tan vasto,
en una vida tan breve
¡qué alegría escribir!


sábado, 21 de abril de 2018

¿Dónde está mi belleza?

Escribir es lo que hace el escritor,
amar lo que hace el amante,
y vivir, el sobreviviente.

¿Cuál es la vida que merece ser vivida?

Las preguntas correctas en las bocas correctas
revelan las prácticas de la noche:
las de lo oscuro, el misterio,
el dolor que se deja estar.

La pasión por lo que hay en el mundo
habita el privilegio de lo simple
e infinitamente pequeño.
El amor por ejemplo
que, en palabras de Coral Bracho,
nos adentra en lo real.

Me digo a mi misma por amor:
renuncio a mi belleza;
como si fuera posible escapar de la luna que se llena en mi vientre,
como si pudiera esquivar la emoción de los versos
y el impulso de mis besos embriagados de soledad.
Es inevitable la música de mis pasos rosados
danzando en las calles negras.

Renuncio a mi belleza
para mirarme desnuda de todo otra vez,
cubierta de la sangre de mi madre
con los ojos hinchados por un sueño de meses
que iniciará de nuevo después de un segundo apenas.

¿Dónde está belleza a la que renuncio?

Silencio;
detenerme en silencio.



jueves, 19 de abril de 2018

nada de nada

No hay mundo donde quepa lo que yo quiero,
ni tampoco cuerpo que me abrace en la inmensidad de mis anhelos.

No hay nada allí afuera que me baste
que me sacie
que me alivie.

Nada de nada,
ni nadie
que escuche los murmullos que vuelan
y que se escapan cada vez que yo cierro los ojos.

No hay ninguna palabra que me sirva,
ni edad que me aliviane,
ni canciones,
ni mantras,
ni excesos
que me nombren con el nombre que yo quiero.


sábado, 14 de abril de 2018

corazón roto

Cuando los corazones rotos se reconocen
nace una flor en medio del barro oscuro.

Nace tímidamente, casi pidiendo permiso
abriéndose paso entre las lombrices,
las bicicletas y los perros.

Pero qué hermosa cuando al fin,
mecida por el viento
es besada por abejas y por gotas de rocío.

Cómo no amar las flores del camino,
las que nadie cuida,
como esas violetas
que mi papá ponía en mi pelo.

Flores y corazones rotos para recordarle



Y perdonarle


viernes, 13 de abril de 2018

Cuarto menguante

Cuando todo lo que es luminoso desaparece
las pupilas se dilatan
y se ve lo que antes estaba oculto.

Hay humedad en el aire,
humedad dentro de mí.

Así como suena la lluvia en mi tejado,
me resuena el agua de la vida y el placer
en las paredes de mi cuerpo.

Pienso en ti y una música gloriosa suena entre mis piernas.
Violines y coros animan esta noche.

La humedad de regreso a los ojos;
la emoción de estar viva
y de que me duela todo por dentro.

El cielo se deshace en llanto por nosotros,
que vamos malheridos
intentando aguantar el mundo que sostenemos.
El del perro y el gato,
el de los tragos y los bares,
el de los hijos y las madres,
el del espejo que no nos perdona.

Las noches sin luna no son siempre las más oscuras.

miércoles, 11 de abril de 2018

Poder

El poder sobre una misma es recordar
en cada inspiración,
que no soy este cuerpo
y tampoco soy esta mente.

lunes, 9 de abril de 2018

En el capullo

Nada más cruzar la puerta
la angustia se apodera de mí,
como si caminara sobre un cielo sin estrellas
con una luna que se devora a sí misma.

Que fastidiosa sensación llegar a casa a limpiar el piso
después lavar los platos,
alimentar al perro,
guardar la ropa limpia,
lavar la que sigue sucia,
despintarte,
encontrar los papeles perdidos.

Hay días de doscientos años, de piel cansada y caminos errados;
pero hay que andar con pasos seguros
con sonrisas altivas y confiadas.

En la noche ya no me queda nada.

Uno a uno los cansancios del día
se estremecen en mi cuerpo y van brotando,
van desgarrando mi compostura.

Ya no aguanto.
Me rompo un poquito para liberar la tensión,
ahí apareces de nuevo.

La que siempre sabe.
La que en su capullo hace lo que hay hacer.

Cuidar de la espina enterrada,
envolverse entre hilos de seda con paciencia
transformando lo que ya no puede ser
en lo que aun ni se imagina.




domingo, 8 de abril de 2018

Te prometo

¿Dónde te habías metido niña?

Casi te olvidé
de tanto tiempo sin poder besarte.

Se ha iluminado la casa con tu regreso,
tu cabello rizado sobre mi regazo
mientras cantas las canciones de nuestra infancia.

Sólo tu inocencia puede hacer algo por mí
ahora, cuando estoy tan rota
por dentro y por las orillas
casi a punto hacerme polvo.

Volviste a darme aliento de vida
para que nada más importe,
sólo la música de nuestros pasos
en los bailes que aprendimos juntas.

Recuérdame cómo desobedecer los mandamientos,
cómo reír bajo las cobijas cuando las luces se apagan,
cómo dejar de llorar cuando la sangre se ha secado en la herida.

Yo te prometo que mis ojos son para ti solamente;
te prometo los charcos, las alturas, el vacío en la panza,
las arañas, las serpientes, las motocicletas.
Juro que son tuyas todas las malas palabras,
las carcajadas escandalosas y mi ignorancia infinita.

Con más esperanza que otra cosa, te prometo
que toda la oscuridad es solo tuya.





jueves, 5 de abril de 2018

17

Estallan en mi bajo vientre
las partículas de materia que dan origen a un nuevo universo.

Sucede cada vez que paso por los lugares
donde aún sobrevive tu aroma;
y yo,
como un cachorro perdido
rastreo los vestigios de las noches que ya no tengo.

Parece que me gusta este dolor.

Un poco de vino y llanto ahogado entre las canciones que no logro recordar,
las tuyas
las de la emoción de estar viva.

Me contengo
y me empalago con la dulzura que no dejo salir.
Es diferente todo esta vez.

Yo soy diferente,
lo mismo ya no me sabe a lo mismo;
tu me das vueltas adentro,
escondido
detrás del odioso silencio de los días infinitos.




miércoles, 4 de abril de 2018

Still I rise

"Leaving behind nights of terror and fear
I rise
Into a daybreak that’s wondrously clear
I rise"
Maya Angelou

Las palabras
son los ancestrales remedios
para las heridas del tiempo.

Y los mejores remedios
siempre me han sido administrados por mujeres sabias
de cuatro y de noventa y cinco años.

Porque ser una mujer sabia no es cuestión de arrugas y canas;
es de garras afiladas
y pelaje largo y brillante.

De alma salvaje
-fecundada la semilla de la vida-
que se agita cuando es necesario
y sacrifica compasivamente
cuando es hora de comer.

Las palabras de las mujeres sabias
ayudan a entender
cuán largo es el camino hacia el interior
de las noches y los días.

Todo es igual que antes,
pero se siente tan diferente.

De entre la humillación y el llanto,
yo también me levanto,
honrando a las que se levantan conmigo,
a las que me preceden en valor y rebeldía.

Reclamando la libertad que me pertenece
me abrazo a la soledad de la pérdida,
me regocijo en el vacío de esta noche
que es solo mía y mis caprichos.

martes, 3 de abril de 2018

15

Ayer me diste la lluvia,
a mí
que no me gusta mojarme.

Me regalaste la alegría olvidada del agua
que arrulla,
que me nace,
que lo cubre todo
como la niebla sobre esa laguna:
inolvidable,
igual a tu cuerpo dormido.

Pero me gustó mojarme contigo,
mi lengua,
mi pelo,
mi risa,
mi hambre de belleza.

Me sonríes con un gesto sobre la almohada,
me siento en silencio
y pienso en que seas feliz.

lunes, 2 de abril de 2018

14

Viendo cómo todo se cae en pedazos
tranquilamente;
goteando,
derramándose,
deshaciéndose,
me pongo sal en esta herida.

Hay terror debajo de la cama.

Me odio un poquito cada día,
lo suficiente para escuchar el silencio
y llorar.

Me avergüenza escribirlo; 
pero a lo mejor si lo escribo,
a lo mejor si me lo digo frente al espejo
se acalle este rugido que me deja sorda.

Quiero romperlo todo
pero sobre todo a mí misma.

Sospecho de todo,
de mi pensamiento y de las palabras que invento 
para abrir de alguna manera mi traquea
y poder respirar.

Y cuando al fin respiro
logro parir una esperanza pequeñita.

Decirme: 
encontrar en esa voz algún arrullo.


martes, 27 de marzo de 2018

13

Acabo de ver cosas terribles que pasan en el mundo.
Cosas malas con el agua, el aire, la tierra, los alimentos, los combustibles fósiles, los gobiernos y las personas.
Así que está bien estar triste.
Un pedacito de mí se siente sin esperanza, vacía por dentro, sin ganas de hacer mucho más.

Me sirvo otra copa de vino (esta ya está de más),
brindo por mí, por las ganas que tengo de besarle esta noche y celebrar que aun quedan cosas mágicas en el mundo: el deseo y las ganas de romperlo todo.

Escucho la lluvia afuera y la respiración de mi perra que duerme calientita en su cama.
Escucho la música que me acompaña... tu corazón va a sanar y va a volver a quebrarse...

Hoy dijeron algo lindo en el cine: la felicidad requiere rebeldía.

Y ¿cómo puedo yo rebelarme teniendo tanto miedo?

Cerrando los ojos y dando los pasos. Poniéndome en el lugar que mejor me acomoda.
Diciendo si, diciendo no, diciendo mi nombre con los labios llenos de amor y sangre.

Amor y sangre que rompen todo lo absurdo y lo rutinario.
Amor y sangre que son la vida misma, el movimiento de la existencia, el coincidir con otros seres, el maravillarse con el pulsar del universo.

Amor y sangre que soy.

jueves, 22 de marzo de 2018

12

Hay batallas épicas que pasan a la historia, que son contadas en todos los idiomas, que salen en las noticias, que se recrean de generación en generación. Batallas que salvan el mundo.

Las batallas de hoy, las mías, son tan pequeñas y tan irrelevantes para el mundo, que merecen al menos un momento de contemplación en esta noche.

Mis batallas son de dientes y uñas, de manos temblorosas y pies heridos.
Mis batallas de hoy son de adentro. De vestidos bonitos y cabello largo. De correr, de aguantar, de resistir.

Se pelea cuando se cree, cuando la voz que somos nos dice que si o cuando grita desesperada que a lo mejor...

Peleo sin saber, como con los ojos cerrados,
lanzando lo que encuentro sin saber muy bien a donde.
Con mala puntería y sin mucha convicción.
Pero peleo.
Y a veces, algunos días como hoy, me sale bien.

Puedo regresar altiva y dar el último paso, el que conquista, el de sentir la hoguera en el pecho.

Me merezco la gloria esta noche, la gloria eterna por pelear y vencer. Por conquistarme un poco más en este oscuro día, por tener en la lengua la sangre tibia de mis oponentes.

Gloriosas batallas de la que soy contra la que ya no puedo ser más.

miércoles, 21 de marzo de 2018

11

¿En dónde está la belleza de la vida?

A lo mejor, en la sangre veloz y el llanto caprichoso de mis rutinas y mis desilusiones,
o en las canciones que suenan infinitamente entre mis pasos.

La belleza de la vida está en mi corazón roto en pedacitos brillantes,
envueltos con cuidado en un cofre de más de cien años.

En los días en que nada va bien con nada.
Los días en los que soy invisible.
Nadie me ve, nadie me toca, nadie me besa...
Pero cuanto amor me rodea.

La belleza de la vida está en ese amor que no se nota.
En el amor del agua caliente,
del olor a rosas pequeñas,
en decir palabras tontas con una lengua que no es la mía.
Mi perro interrumpiendo mi tristeza.
La angustia de desaparecer, la ligereza de saber que voy a desaparecer.

En mirarme cansada por la noche, arrugas y todo,
labios resecos, sueños heridos, pies cansados.


lunes, 26 de febrero de 2018

10

Busco en las alacenas lo que queda después del miedo.

Cuanto desasosiego y vacío cuando la luna se empieza a llenar de silencio,
todo mi cuerpo, parte por parte va temblando al sonido de tu nombre.

Busco y no encuentro.

Las ciruelas maduras no saben a lo que solían,
no me escurre por la garganta la miel de la vida.
Está seca la boca sin poder decir las palabras que corresponden al duelo.

Voy armando los pedacitos de mi corazón roto
con la esperanza de que brillen al sol convertidas en algo bello.
Una de esas cosas bellas que mi amor sabe hacer,
una de esas cosas que está aprendiendo a ser.

Me avergüenzo de crecer tan públicamente, pero crezco y celebro  la belleza de mi herida.

viernes, 23 de febrero de 2018

9

Silencio.
De fondo el reloj y las llamas consumiéndolo todo.

La piel está suave de tanto que la acaricio
con manos cansadas y afanadas,
de tanto llanto brotando por los poros.

Siento que llevo mil años de pie
junto a la misma ventana
mirando la misma gente que pasa
recorriendo las mismas aceras
con los mismos pasos.

El silencio se siente mejor
después de dramatizar despedidas en el espejo.
Pero nadie se va
nadie se muere
nadie traiciona.
Yo, sin embargo, sobrevivo estas pequeñas tragedias
pobladas de fantasmas,
alimentadas por mi deseo de cerrar la puerta
y romperlo todo.

miércoles, 21 de febrero de 2018

8

Ojalá el día fuera más largo
y alcanzara para ser todo lo que quiero.
No para hacer más
sino para ser menos.

Que en la mañana pudiera sentarme tranquila a mirar los arboles mecerse al sol
y ser los árboles.

Ser el calor del té a mitad de la mañana.
Calor en las palabras, calor en las sonrisas,
calor en la furia de tener siempre tanto frío.

Ser la ensalada del almuerzo,
la sobremesa,
el postre,
la servilleta que se dobla con cuidado,
las migas del pan,
el sueño de las dos de la tarde.

El hambre de vida al regresar a la oficina.
Las horas que no pasan,
el hastío,
la tristeza,
el cansancio,
la repetición.

Ser allí en donde ya no quiero ser.

Ojalá durara más el día y pudiera naufragar en el llanto del final.
Ojalá tuviera tiempo de curarme las heridas por la noche
y ser la sangre que brota,
la piel que arde,
la cicatriz que no seca.

No hacer más, sino ser menos.

lunes, 19 de febrero de 2018

7

No se sabe al final para quién se escribe.

Para la que fui, seguramente no
a esa ya ni la puedo mirar a los ojos.

A lo mejor para la que nunca me sale bien,
esa que anhelo con todas las fuerzas de mi ser.
La que sabe
la que no se pierde
la que no se arrepiente.

Escribo para la que lleva todas las frutas en la piel
la que me espía por las noches
la que nunca duerme
la que no llora por todo
a la que las sonrisas siempre le salen bien.

La inocencia siempre me pone la trampa
y yo caigo en ella a diario.

Con las rodillas raspadas
y con sangre hasta en el pelo me levanto.
Sigo buscando a esa que me habita
a la que temo
a la que amo
con la justa medida de odio y desilusión.


domingo, 18 de febrero de 2018

6

Se trata de tener suficiente.

Muy poco, me mantiene ansiosa
demasiado, me vuelve insegura.

Suficiente amor para mantener vivo el calor
suficiente descanso para hallar con facilidad la risa
suficiente camino para mantenerme motivada
suficiente esfuerzo para sentirme orgullosa
suficiente humedad para mantenerme curiosa
suficiente llanto para recordarme humana.

Como una pared vieja
todos los pensamiento se alzan unos sobre otros
aparentemente estructurados y sólidos,
pero resecos por el viento y el calor
desmoronándose ante el más tierno brote de hierba nueva.

Se van lentamente las dudas
por entre mis dedos juguetones
por entre mi pelo enredado
por entre la sal que escapa de mi cuerpo.

Suficiente es suficiente.



jueves, 15 de febrero de 2018

5

Viendo aparecer la incomodidad
como una niña caprichosa cuando no tiene de inmediato aquello que desea.

Pero yo lo deseo todo.
El cuerpo, el alma, el corazón, los días, las noches, la carne y el espíritu.
lo bueno, lo oscuro, lo triste, lo roto,
deseo lo mágico, el perfume y la miel.

Anoche caminando bajo la lluvia la lengua me supo a mí.
Inesperado por estos días reconocer el sabor de mi propio cuerpo
caminando conmigo
en medio de risas y humedades no tan secretas.

Ese sabor me obliga a poner sobre la mesa mi esfuerzo
a disciplinar mi corazón
a romper los cristales y contemplar la sangre que fluye sin miedo.

Entonces me nombro
la incomodidad crece
y parece acomodarse en el más ridículo de mis gestos.


miércoles, 14 de febrero de 2018

4

Voy a sumergirme en este río de sentimientos sin pensarlo.
Aunque al decirlo ya lo estoy pensando
y no sé como simplemente SER.

Me descubro entre caricias a mitad de la tarde
siguiendo como sabueso las pistas de tu cuerpo.
Todos mis sentidos se despiertan.
Es la inteligencia lo que me seduce
eso y la risa fácil.

¿Cómo renegar de las hogueras que me mantienen viva?
¿Cómo no reconocer dentro de mí la fuerza que sostiene los planetas en su lugar?


lunes, 12 de febrero de 2018

3

Cómo me sientan de bien la ira y la vergüenza.
Mi risa burlona que termina siempre en llanto.
La niña que canta y luego se sonroja, esa que soy algunos días.

Mi cuerpo me da permiso de aventurarme en la poesía de la vida diaria.
Me impulsa, me alienta.
Me llena de rojo las mejillas y me concede la música de las caderas.

No soy de carne abundante, pero ah, como disfruto la voluptuosidad de mi deseo.

Me busco en los rincones y los secretos. Allí donde siempre me pierdo. Allí donde siempre sé que me encontraré.

jueves, 8 de febrero de 2018

2

"Tanto anduve para encontrarme
no más que conmigo misma,
con el Universo reflejado en mis facciones
de premeditada imperfección.
Supe al fin que el aire de las euforias secretas
vive asomado a mi propio rostro, 
tiene el calor de mi plexo solar.

La esencia de ser es multitudinaria
y en su multiplicidad
contiene mi nombre."

G. Belli

Cuenta belleza hay en la soledad del mundo, en la música de mis pasos afanados.
Cuanta soledad en la belleza de romper los lazos sagrados.


martes, 6 de febrero de 2018

Escribir

Las palabras están peleándose por salir
dirigidas a todos los rincones de la tierra
poniéndole zancadilla al sueño.

No puedo esperar a que amanezca para ponerte la poesía en la piel y desobedecer las voces conocidas. 
Me reconozco en todos mis tamaños y humores y aspiro el perfume de lo nuevo en cada centímetro de mi cuerpo. 
Este cuerpo que habito feliz me llama de nuevo
desde lo profundo de los bosques incendiados a los que siempre regreso.

Cómo asustan las palabras.
Invoco a Las Que Saben.
Gloria me dice al oído: 

Olvídate del “cuarto propio” -escribe en la cocina, enciérrate en el baño. Escribe en el autobús o mientras haces fila en el Departamento de Beneficio Social o en el trabajo durante la comida, entre dormir y estar despierta. Yo escribo hasta sentada en el excusado. No hay tiempos extendidos con la máquina de escribir a menos que seas rica o tengas un patrocinador (puede ser que ni tengas una máquina de escribir). Mientras lavas los pisos o la ropa escucha las palabras cantando en tu cuerpo. Cuando estés deprimida, enojada, herida, cuando la compasión y el amor te posean.
Cuando no puedas hacer nada más que escribir.*
Solo puedo escribir desde este cuerpo, desde la vida que arriesga llevándome al límite de la mujer que soy. 
Gloria Anzaldúa, Hablar en lenguas: una carta a escrituras tercermundistas, 1980.