miércoles, 4 de julio de 2018

primer amor

Los mejores regalos llegaban siempre por correo.
Cómo todas las cosas que me importan,
las palabras
las recibí de una mujer.

La emoción de encontrar sobre la cama un paquete cerrado
con veintitres letras redondas: mi nombre.
Nada más abrir el empaque, el olor de la alegría me salpicaba la cara.

No había mucho en casa, pero había libros.

Hay un par resistiendo el paso del tiempo en mi biblioteca.
Amarillas sus hojas y rotas sus esquinas
el amor sigue intacto.


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