miércoles, 21 de febrero de 2018

8

Ojalá el día fuera más largo
y alcanzara para ser todo lo que quiero.
No para hacer más
sino para ser menos.

Que en la mañana pudiera sentarme tranquila a mirar los arboles mecerse al sol
y ser los árboles.

Ser el calor del té a mitad de la mañana.
Calor en las palabras, calor en las sonrisas,
calor en la furia de tener siempre tanto frío.

Ser la ensalada del almuerzo,
la sobremesa,
el postre,
la servilleta que se dobla con cuidado,
las migas del pan,
el sueño de las dos de la tarde.

El hambre de vida al regresar a la oficina.
Las horas que no pasan,
el hastío,
la tristeza,
el cansancio,
la repetición.

Ser allí en donde ya no quiero ser.

Ojalá durara más el día y pudiera naufragar en el llanto del final.
Ojalá tuviera tiempo de curarme las heridas por la noche
y ser la sangre que brota,
la piel que arde,
la cicatriz que no seca.

No hacer más, sino ser menos.

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