sábado, 21 de abril de 2018

¿Dónde está mi belleza?

Escribir es lo que hace el escritor,
amar lo que hace el amante,
y vivir, el sobreviviente.

¿Cuál es la vida que merece ser vivida?

Las preguntas correctas en las bocas correctas
revelan las prácticas de la noche:
las de lo oscuro, el misterio,
el dolor que se deja estar.

La pasión por lo que hay en el mundo
habita el privilegio de lo simple
e infinitamente pequeño.
El amor por ejemplo
que, en palabras de Coral Bracho,
nos adentra en lo real.

Me digo a mi misma por amor:
renuncio a mi belleza;
como si fuera posible escapar de la luna que se llena en mi vientre,
como si pudiera esquivar la emoción de los versos
y el impulso de mis besos embriagados de soledad.
Es inevitable la música de mis pasos rosados
danzando en las calles negras.

Renuncio a mi belleza
para mirarme desnuda de todo otra vez,
cubierta de la sangre de mi madre
con los ojos hinchados por un sueño de meses
que iniciará de nuevo después de un segundo apenas.

¿Dónde está belleza a la que renuncio?

Silencio;
detenerme en silencio.



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