viernes, 27 de abril de 2018

Flotar

Me gusta ver asomar las sonrisas en mi cuerpo
viniendo de los lugares más insospechados.

Siento como van regresando mis ojos de este viaje a ningún lugar
donde andan perdidos desde hace días
entre el llanto, las risas y las estrellas doradas.

Mi oscuridad, mis imperfecciones
son el mejor regalo que puedo hacerme a mí misma
porque allí, sentada en el suelo, desprovista de equipaje
puedo emprender los viajes más emocionantes.

Me embriago de ansiedad
de las ganas de compartir todas las cosas hermosas que me habitan.

¿en dónde había estado esta emoción?

El desvelo de las tres de la mañana me dice:
estás errando el camino de nuevo.
No es esta puerta la tuya.

Me abrazo a las madres que me han acogido
las que me cantan, me leen historias
y me recuerdan el fuego que me alumbra por dentro.

Yo conozco el camino,
solo que me hago la confundida.
Hay que dejarse estar
dejar de patalear
y relajarse con la corriente.
Es la única manera de salir a flote.

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