domingo, 27 de marzo de 2022

Palabras de querer (135/365)

Caminando en la tarde soleada de este domingo, mi madre pronunció algo que se se agarró a mi corazón. A propósito de un funeral al que asistió, comentó sobre su incomodidad por los discursos dedicados a los muertos. En el de hoy, un padre con su vida destruida, habló sobre lo maravillosa que era su hija fallecida, sobre lo orgulloso que se sentía y sobre el impacto que su inteligencia y su bondad tuvieron en el mundo a su alrededor.

Mi madre, con un tono de voz que pocas veces le he escuchado me dijo: "me pregunto si todo eso se lo dijo mientras estaba viva. ¿le habrá dicho alguna vez que se sentía orgulloso de ella?"

Luego me hablo sobre cómo la hacía feliz que nosotros, sus cuatro hijos, le escribiéramos cartas y noticas, mensajes y papelitos en donde le decimos una y otra vez las cosas maravillosas que vemos en ella, lo mucho que significa todo lo que ella es y, por supuesto, lo tanto que la amamos. Me contó que su mejor amiga admira esa facilidad y efusividad con que expresamos el amor que sentimos. Decir te amo, es una cosa de todos los días entre nosotros diez, once, si contamos a Lila, mi perra, que no lo dice con palabras, pero igual lo dice a diario. 

Pensando en eso me dormí justamente anoche, porque casi a punto de conciliar el sueño me ahogué con mi propia saliva y me alertó la idea de poder morirme de la forma más absurda, inclusive, en cualquier instante. Un escalofrío me recorrió cuando me pregunté si tenía algo más qué decirle a alguien antes de morir. La respuesta fue casi un no, sin embargo, me abstuve de enviar un "último mensaje antes de morir". Pensar en eso y pensar ahora en el tono de voz de mi madre hablando sobre decir cuanto amamos a los que amamos, me da algo de paz para los momentos en que me siento un poco tonta, un poco demasiado nerviosa cuando expreso el amor que se me escapa entre las palabras de todos los días. 

Y si esta noche fuera mi última noche, que en todo caso puede ser, creo que podría estar tranquila por haber dicho te amo, te quiero, me importas... un número suficiente de veces a cada ser que amo como para que no le quede duda. Creo que es imposible abusar de esas palabras convencionales y que es extraordinario aderezarlas con gestos que van desde un beso en la punta de la nariz, hasta bañarse abrazando a alguien en alegre intimidad. 

No se gastan las viejas formulas para decir con palabras el amor. No pierde nunca su magia mirar a alguien a los ojos y pronunciar te amo. Jamás deja de emocionar enviar un mensaje que dice simplemente te quiero. No se vacía jamás el sonido que pronuncia el amor que hace que mi vida sea mi vida y que cada día sea el final perfecto de un amor inolvidable.

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