Un sueño tras otro el placer y la congoja. Una ilusión tan vana como la anterior cada deleite y cada disgusto. Una fresa madura es solo una fresa madura. Nacer, envejecer y morir. Hay dolor y hay gozo. Hay tedio y júbilo también; siempre hay algo qué saborear.
Cambio. No hago otra cosa que cambiar. Me muevo fuera de mí y entonces nada puede tocarme. Soy yo la que lo toca todo, la que devora con ansiedad el mundo, las cosas, la vida. Tengo un cascabel atado a mi muñeca; tintineo a cada paso. Así no me pierdo de mí, así me mantengo atenta.
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