jueves, 10 de marzo de 2022

morir sin arrepentimiento (118/365)

Al frente de mi cama tengo un marco de flores que me dice a diario que viva sin miedo. "vivir sin miedo, morir sin arrepentimiento" y agregué: "cada día, una semilla".

En esta tarde sin fuerzas me pregunto qué significa eso. ¿Qué tenía en mente cuando puse eso al frente de mi cama?

Escribo esto con las manos frías y los ojos llorosos. La muerte se limpia los pies en la entrada de casa y es imposible despacharla ahora. Hay que abrir la puerta, de nuevo, y sentarla en la sala para que converse con nosotras. 

¿Qué tenía en mente cuando consideré que era importante recordarme a diario vivir sin miedo? ¿Qué significa ahora, conversando con la muerte, morir sin arrepentimiento?

Creo que sin miedo de perder, más que nada. Sin miedo del vacío que impregna todo lo que somos. Sin miedo del ridículo, del fracaso, de la herida. Sin miedo de las cosas que nos pasan cuando nos levantamos de la cama y posamos los pies sobre la vida. Te toco, me tocas, transformamos el universo con cada exhalación.

¿Qué cosas del vivir justifican la vida? ¿Es posible enfrentarse a la muerte sin arrepentimiento?

Hago una pausa y salgo a caminar bajo la lluvia...

Todo me parece traslucir la naturaleza deshabitada de este momento, no hay agua ni en los pozos profundos de esta tarde de jueves. 

Y ¿si me estoy equivocando terriblemente? ¿y si mis apuestas están, todas, en el número perdedor?

Nada de esto que hoy me abraza sobrevivirá; no sobreviviré yo a las cosas que me abrazan. Apuesto a perder en todo caso. 

Cada día, florece lo que se planta. Locura. Cada día se extingue en un flujo infinito en el que los días son imperecederos. Coherencia perfecta y precisa; ineluctable. Apuesto a perder, en todo caso. 

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