miércoles, 8 de junio de 2022

Sabor de ti (208/365)

Pasas tu lengua por mi boca y me impregnas del olor inevitable de tu cuerpo, olor que me asalta cuando me distraigo en las reuniones del trabajo. Se me escapa una risita nerviosa. Revivo la humedad de tu deseo resbalando por mi cuello hasta mi hombro derecho. Me muerdes, te ríes, inauguras capítulos de nuestra historia. Desayunamos juntos y me pongo llorosa cuando pienso en la suerte que tengo por hacer parte de este invento en el que intentamos no herir ni salir heridos. ¿A dónde nos lleva? Qué mas da. Amanecemos enredados, uno en la piel del otro, uno en las ganas perezosas del cuerpo del otro, tú en mi corazón y yo... yo amanezco entre tus manos. Qué más da, si apenas está terminando el día y no se me acaba este sabor de ti que me sacude y me recuerda que los sentimientos son simples impulsos nerviosos que revolucionan mis sistemas. Un relámpago amarte, apenas una chispa mi deseo. Se acaba el día y me voy desprendiendo de todo, tu olor y mi deseo incluidos. Me queda en la garganta un sabor conocido, un rastro de algo que trago y que me devuelve a la vida. Sabor de las cosas amadas, de las cosas que me alivian. Tu cuerpo, por ejemplo.

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