domingo, 19 de junio de 2022

amor original (219/365)

La conmueve leer sobre dos animales que se aman con más atención y ternura que cualquier humano; el macho se arrodilla, mientras la hembra permanece tendida y él acerca su cabeza, amorosamente, para rozar la de ella. Cierra el libro y mira a los otros pasajeros del bus concentrados en sus teléfonos mientras deja que los ojos se le inunden de emoción. 

Piensa en la última vez en que un hombre rozo amorosamente su frente y se inclinó para buscar el calor de su afecto. Hace meses que su propio cuerpo de mujer madura le reclama una presencia más suave y cálida. Hace ya tiempo que la humedad de su sexo le llama para que preste atención a las mieles de un sentimiento al que comúnmente llamamos amor; pero ella se resiste a usar esa palabra que ha sido degenerada y que no corresponde a la miel con la que quiere enmelocotarse el cuerpo entero, empezando por el sexo.

Lee la historia del amor primigenio entre dos criaturas que descubren el canto al mirarse de lejos; dos seres casi humanos que se descubren y se inventan el amor a través del cuidado y de las palabras que aun no existen; dos seres que hermanan su deseo al fluir de la vida y dejan que la naturaleza dicte los ritmos de su encuentro. Ella lee en las líneas de otros que escriben salvajemente, las emociones que no logra descifrar en su propio corazón. La primera mujer que ama no es otra que la parte más original de ella misma, que no sabe cantar pero que canta cuando la criatura de su deseo agita las manos desde el otro lado del abismo. Todo lo salvaje de su interior se expresa en aullidos y gritos que se suavizan mientras desciende por entre las rocas hasta que los cuerpos se tocan y se contorsionan como peces en la ribera del río, asfixiados de deseo y de amor. 

Ella deja que las páginas se abalancen sobre el día y arropen sus anhelos de ser la primera mujer que ama, la que posee el amor original que brota de los bosques y del mar embravecido: un amor natural y casi instintivo, un amor que inaugura el mundo y lo somete, con todo y las fieras que lo habitan, con todo y la inclemencia de los ritmos de la vida-muerte-vida. 

Su amor es el amor original, amor caníbal, amor sin domesticar. Ella continúa leyendo esperando encontrar una receta, una formula para conjurar el abandono, un camino para seducir a las palabras del amor, a las criaturas que se exhiben al sol al otro lado del abismo. Busca entre las páginas de un libro cómo descifrar el sonido original de su garganta, el ulular de su soledad, el gruñido de su indefensión. Se mira cansada al final del día y es la criatura del amor original, un cachorro que desciende de los árboles por primera vez y se descubre expuesto al depredador, pero no huye. Entonces canta. 

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