jueves, 23 de junio de 2022

anhelos (223/365)

Lo más extraño de estar sola recostada en mi cama es la sensación de poder sobre mi propia vida, aún anhelando ceder ese mismo poder por un segundo en el que aspiro el aire que sale de la nariz de alguien mientras respira dormido. Ese olor me hipnotiza y me hace querer entregarlo todo por esa conexión con lo más esencial de la existencia de lo semejante. Semejante y distante por abismos. Un hombre hermoso al que pueda contemplar y con quien pueda reírme. Mi poder es la capacidad de anhelar eso y decidir no tenerlo; prestarme por ratos para ese juego de mi deseo y de mi sentimiento mas tierno. Regresar a esta intimidad que me reservo para mí, mis voces secretas, mis gestos, mis ritmos privados. 

Me veo intentado hacer encajar las contradicciones en las que quiero representarme a mí misma. Invento escenas imposibles de todas las vidas que me gusta anhelar, pero en las que no quisiera verme atrapada jamás. Me veo intentando soltarme de todas las ideas fijas, incluso de las más nobles. Soltar, soltar, soltar. Y anhelar. ¿Por qué no?

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