martes, 10 de mayo de 2022

Vacaciones de mí (179/365)

Hoy me provoca tomarme unas vacaciones de esta versión de mí, solo porque sí, solo por sentir algo diferente por un día o dos. 

Entonces dormiría en una pijama de seda y tomaría un café al despertar. Le haría el amor a mi marido apenas amanece y prepararía los niños para ir a estudiar. Iría al gimnasio para ir después a encontrarme con mis amigas, que también van al gimnasio después de dejar a los niños en el colegio. No todas le hacen el amor a sus maridos, ni al amanecer, ni al anochecer. Pasaría un día de frivolidad hasta que sea hora de hacer las tareas y ocuparme de las loncheras y las medias y las cosas de colores que les gustan a los niños. ¿Cómo serían los niños? Hablaría horas por teléfono y compraría más cosas de las que puedo utilizar. Veríamos la televisión en familia y rezaríamos el ángel de la guarda antes de dormir. 

No es tan difícil imaginarme eso. Si doy un pasito a la derecha, estoy ahí. Qué fácil pensar en que puedo hacerme cualquier otra vida, ser cualquier otra persona. Me tienta sentir eso, sentirme como alguien así un día o dos.

Pero volvería siempre a esta versión. A esta que traga agua todos los días mientras busca piedritas de colores en el fondo del estanque. Qué frío hace, qué oscuro está. Un día de estos van a salirme branquias y no voy a poder regresar a la superficie sin ahogarme. Qué frío, qué oscuridad. Me hiere la ausencia y el silencio, pero por la herida purgo el veneno. Sobrevivo a esta vida que me invento. Quiero unas vacaciones de mí, un día o dos.

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