viernes, 13 de mayo de 2022

Día olvidado (181/365)

Hay días que se le refunden a uno entre tanta cosa en la que uno se distrae... que el trabajo, que comprar las fresas y los limones, que barrer el piso, que visitar a los parientes. Hay días que se le refunden a uno entre la tristeza de tiempos fugaces, de anhelos que no terminan de concretarse, de ausencias imposibles de llenar. Se refunde uno entre el deseo y el amor y el deseo de amar como uno es amado. Me refundo entre el cansancio de una noche bien amada y mal dormida, entre la alegría de despertar en brazos de alguien, entre la añoranza de instantes que duren un poco más, que duren alguna cosa. Se refunde todo, pero luego aparece cuando uno deja de buscarlo. Aparece en el bolsillo de una cartera vieja, en el bolsillo de la ropa cuando sale de la lavadora, enterrado en la suela del zapato, en una canción que hace rato no se escucha. Aparece todo al final de cuentas. Este día también aparece, enredado en las rendijas de otros días de antes y de después. Aparece sin remordimientos, sin culpas, sin reglas ni mandamientos. Me aparece este día cuando al día se le da la gana y eso está bien. Que, al final, este día no es sino mío y a nadie le incumbe donde y cuando ha de aparecer. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario