viernes, 27 de mayo de 2022

Otro libro (196/365)

Cada vez que termino de leer un libro, así sea uno flojo, me siento en paz con todo lo que soy.

Hoy, al terminar uno que no acabó de convencerme y que más bien me desinfló en la última página, volví a pensar: no necesito nada más. Por un breve momento volví a sentir que todo lo que me desagrada de mí, está perfectamente bien como está. Todo mi enojo reprimido, mi vergüenza, el desprecio que siento por mí algunos días, mis obsesiones, mi cobardía; todo eso está muy bien y coincide perfectamente con hacer parte de esta especie. 

Los libros me reconcilian con mis peores partes y, a la vez, llenan de luz mi humanidad que camina sintiéndose separada del resto del mundo. Pertenezco a un mundo diferente cada vez que llego al final de otro libro. Lo sé y sé que se me nota. 

Guardo silencio y dejo que la historia, que las palabras hagan efecto en mi propia historia. Así me construyo una guarida, una armadura; así voy desnudando mis anhelos y voy inventándome las partes de mí que todavía no soy capaz de mirar. 

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