lunes, 4 de octubre de 2021

Día 5/30: Sueño

 Hay temporadas en las que sueño más y otras en las que, creo, no sueño nada. O, mejor dicho, no tengo ningún rastro de haber soñado. En todo caso, cuando sí sueño, esos rastros desparecen instantes después de haber despertado.

Tal vez sea más común que algún recuerdo del sueño de la víspera aparezca repentinamente durante el día, muchas horas después de haber entrado en la vigilia. Pero, en realidad, recuerdo muy poco. Así que estoy dilatando estos primeros renglones tratando de atinar alguna cosa que tenga que ver con la consigna de hoy.

Pero, ya está, desisto de escribir sobre algún sueño reciente o recurrente. Hace mucho que pasé mi etapa de procurar significados en los sueños, de interesarme por su forma o contenido... ya no me intereso sino en las sensaciones físicas de los sueños. Esa conexión que mantiene el cuerpo con el mundo transparente de los sueños.

Eso sí me pasa con frecuencia y de eso sí que me acuerdo.

Despertarse de la risa o del miedo y ser consciente de los espasmos de alegría en la panza o del corazón que se agita en el pecho, incluso antes de abrir los ojos... eso es una maravilla. 

Ahora, despertar por un orgasmo producto de los sueños, eso, que solo me ha sucedido un par de veces, es tener lo mejor de los dos mundos, de la vigilia y del sueño. Eso, quisiera que me pasara todos los días, así no durmiera ni una noche sin interrupción.

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