domingo, 17 de octubre de 2021

Día 17/30: algo que no

 No me gusta, definitivamente, sentirme enojada.

Detesto ese calor que me sube por el cuerpo y me hace sentir las mejillas enrojecidas. Me incomoda horriblemente esa respiración corta y alta que me causa mucha tensión y me hace olvidar el resto de mi cuerpo. Quisiera evitar esa humedad en los ojos que acompaña a mi mandíbula apretada y esa sensación de vacío en la panza.

Pero lo que menos me gusta es esa molestia que se queda como pegada de todo lo que soy y que me cuesta tanto limpiar. Es una sustancia tan rápida y tan penetrante que contamina las palabras, los gestos, los planes, la forma que miro, inclusive, la manera en que me percibo a mí misma.

No me gusta sentirme enojada principalmente porque soy infantil y terca, entonces me toma días deshacerme por completo de la idea de que debería, radicalmente, acabar con algo, abandonar algo, destruir alguna cosa. 

Entonces respiro y vuelvo a sentir mis manos y mis pies, mi espalada apoyada en el respaldo de la silla, mis mocos del llanto tapando mi nariz. Abro una pequeña puerta para evacuar el enojo y poquito a poco, vuelvo a ser yo. 

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