domingo, 10 de abril de 2022

Música de hoy (149/365)

Esta mañana tuve el privilegio de experimentar la música en un pequeño teatro. Escuché con emoción la Sinfonía No. 1 de Beethoven que, según nos instruyeron, fue estrenada cuando él contaba con 29 años, por lo cual, es un sonido ya maduro aún para ser su primera sinfonía. La directora de la orquesta dijo: "a nosotros nos agita el corazón y si al final del concierto también ustedes tienen el corazón acelerado, significa que hemos hecho una buena personificación de esta pieza".

En el segundo movimiento cerré los ojos y mi corazón se aceleró. Mi parte más trascendental sintió algo brillante en mi pecho, una apertura al sonido que inundaba la sala, vibración, una armonía de sonidos complejos. Yo, sin saber nada de música, me conmuevo con el misterio y la belleza de esos sonidos que surgen de cuerpos aferrados a su instrumento, con devoción, con reverencia. Mi parte más trascendental me susurró algo así como "es así la vida... un misterio, un sonido que inunda el instante para desaparecer súbitamente". Es algo precioso cada momento. Es el sonido del infinito: irrepetible, inasible, inexplicable.

De ahí surgió la luminosidad de este día, una serena alegría que lo tocó todo: el almuerzo con mi madre en un precioso restaurante vegano; nuestro café con torta de pan en un patio encantador; el aguacero torrencial al abrigo de las carcajadas de un corazón que amo; el contacto de una piel que se derrite sobre otra; la caricia amorosa que desea la serenidad y el bienestar de un cuerpo cansado. Un día que acelera el corazón. Me hago instrumento de lo divino y dejo que la vida emita su sonido a través de mí. 

Amo y es todo lo que puedo hacer. Amo y es todo lo que quiero hacer.

De regreso a casa, con el pelo desordenado, pienso en dos bellas marcas para lo que, tranquilamente, podría ser mi último día: Amor es una sensación de ser libre y estar a salvo. Sufrimiento es resistirse a que las cosas sean lo que son. Dejo que la vida haga su ruido a través de mí. Esta música acelera mi corazón. 

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