sábado, 2 de abril de 2022

Enamórate (141/365)

Leo en el estado de un amigo: "Enamórate, nos morimos igual". Me pregunto a mí misma si vale la pena, en realidad, enamorarse...
Mientras pienso en eso, mi perra, hecha un bolita, duerme a mi lado. Siento el contacto de su cuerpo en movimiento cada vez que respira, me enternece. 

Me enterneces Lila y cuando estás dormidita a mi lado, perezosa, quisiera que ese momento durara muchas horas; quisiera poder contemplarte siempre así y sentir que tú y yo ya formamos un mundo aparte del mundo, un mundo que no necesita de palabras, un mundo en donde comemos y dormimos y nos acompañamos lo mejor que podemos y eso ya está bien. 
Cuando estás así, roncando con tu cabecita apoyada en mi cuerpo, temo siquiera moverme, temo asustarte y que, entonces, presa de la confusión, termines lastimándome, como ya lo has hecho. Tengo unas cuatro cicatrices de tus dientes en mi cuerpo, unas más graves que otras; sin embargo, mi amor por ti no hace sino crecer. ¿Cómo es posible eso? ¿Cómo es posible que, a pesar de temer, confíe en que esta noche no vas a lastimarte y entonces te deje quedar tan cerca, aproximarme con tanta suavidad para que tu lengua haga sonreír mis mejillas?
Es que confío. Confío en algo que existe entre las dos. Algo que hemos cultivado por más de siete años, algo que ha sobrevivido a la distancia, a nuestros pequeños adioses cotidianos, a nuestros enojos, a nuestras soledades acompañadas, a nuestras mudanzas de ciudad, de casa, de familia, de romances y de ánimos. Es que confío en que mi naturaleza y tu naturaleza ya se habían hermanado antes y ahora estamos, simplemente, jugando a representar otros papeles mientras transitamos este camino que ya nos pertenece. Es que confío en que me has perdonado las horas en que te sentiste sola, las veces en que torpemente te hice confundir, las tardes de llanto en las que no pude sacarte a tomar el sol; confío en que comprendes mi malos ratos, mi incapacidad para darte la serenidad que necesitas, mi falta de experiencia para ser la compañía que mereces. Confío en eso cuando me miras y lames mis ojitos que te buscan.  Confío en la naturaleza bondadosa de tu corazón. Confío en esto que siento cuando siento tu calor. 
Nos morimos igual Lila. Creo que vale la pena confiar, a pesar de las cicatrices, a pesar del temor, a pesar de los malos ratos. Nos morimos igual, pero vale la pena experimentar la profundidad de un lazo, la ternura de sentirse vulnerable, la emoción de sentirse valiente al ponernos en manos de otro ser y simplemente confiar. 

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