martes, 5 de julio de 2022

amuleto (235/365)

Me he convertido a mí misma en un puente entre lo que más temo y el poder de resucitar. Me refugio en mi propia ceremonia fúnebre, me protejo con la certeza del fin de todo lo que amo. Camino un paso tras otro, derecho hacia la destrucción; la única puerta posible para el nacimiento de alguna otra cosa. Antes de emprender algo que me ilusiona reflexiono sobre mi propia muerte, la descomposición inevitable de mi cuerpo y la fugacidad de cualquier placer. No hay logro que resista, no hay triunfo que me sobreviva. 

Pero atesoro el acto mismo de amasarme y transformarme en una sustancia flexible y blanda. Aprecio el momento en que me derrito y me escurro por entre las rendijas de un día cualquiera. Desaparecer y hacerlo con plena consciencia. 

Por eso mañana, cuando enfrente un momento importante, sentaré a mi lado a la señora muerte para que me recuerde que solo se trata de dejar que la emoción del momento deshaga nudos dentro de mí y la intensidad del momento me despoje del vicio de esconderme detrás de mí misma. Me presento ante el mundo con la voluntad de amar como una bandera. No tengo nada más para ofrecer que mi esfuerzo por doblegar mi temor, temor que comparto con todos los seres. Que la señora muerte a mi diestra, sea mi amuleto. 

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