martes, 13 de septiembre de 2022

Quédate (304/365)

Quédate. Ven y siéntate aquí a mi lado. Deja que el silencio se apodere de este momento y sólo quédate aquí.

Deja de intentar llenar el tiempo de los dos con tonterías. Apaga la radio que suena siempre tan mal. Deja de contarme chistes. Deja de inventarte juegos infantiles para pasar el tiempo. 

No me digas ni una sola vez más que lo que me gusta es aburrido. Deja de decirme al oído que me deje crecer el cabello, que me peine diferente, que me ponga otra ropa, que haga más ejercicio.  

Quédate y mírame con el valor de quien se sabe amado. Escúchame con la generosidad de quien sabe que el amor no es suficiente. 

Pero, por favor, quédate. Y cállate. Por una vez. Al menos por una vez deja que el silencio nos hable y nos permita escucharnos.

Mi amor tiene tantas formas de nombrarte y tú te resistes a escuchar. Cada una te asusta más que la anterior. Estoy cansada. Quiero que te quedes y que me mires. Que te descubras en la luz de mis ojos.

¿Te dije que esta habitación es infinita cuando no estás? Me cabe todo cuando me dejas y luego te haces espacio al regresar, desplazando lo que he estado ordenando en mis horas de ocio emocional.

Por eso quiero que te quedes. Porque estoy cansada. Por eso quiero que te calles. Quiero que, por una vez, te mires en la luz de mis ojos y ya no quieras decir nada más. 

No hay nada de los dos que tenga esperanza de sobrevivir a este amor. Ni siquiera el amor que nos tenemos. 

Estoy cansada. Siéntate a mi lado y deja que el silencio se apodere de esta libertad de los dos. 

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