Hastío.
Las cosas se acumulan unas sobre otras. Mis dramas y los de otros, palabras, tareas, pendientes, planes e inquietudes. Hago lo mejor que puedo y sé que los otros hacen lo mismo. Pero me hastío de las cosas de la vida. Me hastío de este ritmo de incertidumbre y de fracaso tras fracaso sin esperanza.
Me hastía esta sensación de querer que algo sea diferente, de aferrarme tercamente a intentarlo.
El mundo se cae a pedazos y todas las vidas se desintegran a plena luz del día. ¿Qué hacer entonces?
Respiro y es todo lo que puedo hacer. Respiro y trato de deshacerme del fastidio de todo lo que me tiene esta noche entre sus garras.
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