domingo, 4 de septiembre de 2022

El lugar en el que estoy (295/365)

Los eventos más banales resultan ser la sustancia que aglutina el sentido de este tiempo de vivir. Cervezas, citas a ciegas, comprar las verduras, pasear al perro, leer un libro...

¿Sabes algo? Parece que estoy de nuevo en un lugar propicio. Me miro y comprendo de dónde vengo y lo que tengo que hacer. No tengo idea de para dónde voy pero me siento bien plantada en estos dos pies que me llevan de un lugar a otro. 

Esta mañana en la ducha tuve un ataque de risa recordando los eventos del viernes en la noche. Me pude reír de mí misma y mis complejos. Pude bañarme también la tontería de sentirme asustada por las cosas que todavía no sé, por las cosas del pasado que ya no puedo cambiar. Me gusté. ¡Me gusté tanto en ese momento! Se me quedó pegada esa sensación e iluminó cada momento de este día. 

Un poco de perspectiva. Agregar eso para que la vida se torne diferente. Y sí, hacer méritos para tener una vida buena y apacible. Eso no significa otra cosa que ir por la vida deseando el bienestar de todos los seres, haciendo lo posible por iluminar pedacitos del mundo, aprender a permanecer en lo incómodo, permitirse cederlo todo. Intentar hacer méritos, tener un buen corazón. Levantarse y hacer lo mejor que se puede. Algo así es el sentido de este tiempo de vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario