sábado, 10 de septiembre de 2022

Ver con claridad (301/365)

En los días en los que todo se agota es posible, por fin, ver el fondo de las cosas.

Quiero decir, cuando se acaba la ilusión de que algo pueda ser diferente, emerge con fuerza magnífica la posibilidad de que algo realmente cambie. Pero el cambio sólo es posible en la rendición absoluta a lo que es; a la incomodidad y la pena, a la amargura y la soledad y el llanto y el dolor. Sólamente la muerte revela la potencia de la vida. Solamente el amor le da dimensión al amor. 

Mi cuerpo protesta con un resfriado y me llama temprano a la cama. Yo me resisto y le respondo quedándome fuera de casa hasta tarde para estar sumergida en el cuidado de unos brazos que saben acunarme. Cuántas mentiras nos han dicho sobre lo que significa dejarse amar por alguien. 

Pero si uno deja que todo se agote, entonces empieza a reconocer lo que es verdad y lo que es mentira. El amor, por ejemplo, es absoluta verdad si uno lo deja el tiempo suficiente en el crisol de la impermanencia y de la bondad. Ahí se deshacen las corazas y quedan en la superficie los temores. Entonces se ve con claridad en dónde estás a salvo, en qué puedes confiar. 

Mi corazón macerado en el fracaso amoroso está finalmente listo para dejarse amar con amor de verdad. El sabor de la vida rezumando de mí y puedo ver el amor con claridad. 

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