lunes, 29 de agosto de 2022

iluminar (289/365)

Que no se me olvide que siempre hay un pedacito del mundo que puedo iluminar; que con un poco de perspectiva (la que da pensar en la muerte, por ejemplo) todo se ve más simple y también más significativo. No en términos de lo absoluto, sino de los aprendizajes y de las oportunidades de romper las ideas de absoluto.

Acabo de darme un baño caliente después de un día de trabajo largo largo. Miré mi vientre abultado, mis pies enrojecidos, mis uñas descascaradas y sentí compasión por este cuerpo. Me acurruqué bajo el chorro del agua para sentir la presión fuerte en mi espalda y sentí compasión por este corazón anhelante. 

Hoy he sido la mejor versión de mí que he podido. Conforme se movieron las horas y los eventos entre las horas, me sentí al tiempo poderosa, vulnerable, rechazada, serena, curiosa, admirada, querida, olvidada. Cada forma de sentirme era yo misma siendo lo mejor que podía ser en un día exigente como hoy. Y en cada giro me dije a mí misma: "que no se me olvide que siempre hay un pedacito del mundo que puedo iluminar" Rota o entera, intento alimentar la llamita que ilumina un rincón, un fragmento de tiempo, una parte de un cuerpo, un proyecto, una ilusión, un recuerdo. 

Me quedo en silencio escuchando a Lila roncar en la otra habitación. Escribo sobre el día y siento compasión por esta vida cansada que pongo en escena. Ilumino la esquina de mi cama donde reposa el cuerpo y  donde dejo estirado, listo para mañana, el corazón. 

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