domingo, 28 de agosto de 2022

Estar en paz (288/365)

 Algunos días quisiera poder irme a dormir sabiendo que es el último día de mi vida y que entonces ya no tengo que preocuparme por nada y puedo realmente descansar y dormir con placidez. ¿Cuántas personas estarán sintiendo lo mismo a esta hora? ¿Es normal que vivamos de ese modo?

Si eso no es posible, quisiera al menos abrir los ojos mañana y subir las cortinas para descubrir que el sol aun no se ha asomado por encima de las montañas y que el cielo tiene esa claridad que permite apreciar aún los destellos de la estrella de la mañana. Quisiera acariciar a mi perra y decirle las cosas más dulces y amorosas. Beber agua y respirar sintiéndome en paz. 

Quisiera sentirme inundada de amor cálido, de alegría, de ganas de ser esta persona y estar en esta vida. Quisiera sentir curiosidad y emoción al mirar mi cuerpo desnudo en el espejo. Quisiera tener la disciplina instalada en mi pecho y ser capaz de hacer las cosas que me hacen bien sin distraerme, sin resbalar en mi vanidad, en mi miedo o en mi ambición. 

Quisiera hundirme entre mis libros y sentarme por un largo rato debajo de los árboles. Quisiera tener conversaciones significativas, abrazar, tener la oportunidad de tocar cuerpos hermosos, de apreciar las heridas de otros.

Quisiera comer poco y comer cosas que infundan vida. Quisiera ser capaz de mantenerme en silencio, capaz de escuchar la respiración de lo que me rodea. Quisiera acertar las pocas palabras pronunciadas e ir a los lugares correctos en los momentos adecuados. Quisiera dejar de sentirme ahogada, cansada, confundida. Quisiera levantarme y reconciliarme con este momento de ser. Quisiera irme a dormir y reconciliarme con este momento de no saber. 

Quisiera darle la vuelta a todo y romper el cascarón, desaparecer en lo que es más grande que yo, más poderoso, más profundo. Quisiera ser lo que digo que soy. Quisiera verme finalmente como me imagino. Estar en paz y dedicar a ello cada minuto de mi vida. 

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