Vamos todos navegando nuestros mares de desesperación, unos más feroces que otros, unos más extensos que otros. Lo único que nos mantiene a flote es la bondad; la que practicamos con nosotros mismos y con los demás.
Entonces empezar un día, una semana, un mes, una etapa, una vida nueva, podría estar sellado con ese propósito: cultivar la bondad.
¿Cómo ser bondadoso al salir a la calle? ¿Cómo comer bondadosamente? ¿Cómo ir a trabajar con una disposición bondadosa? Empezar cualquier cosa preguntándole al corazón.
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