miércoles, 24 de noviembre de 2021

Por poco (12/365)

Llevábamos unos tres meses separados y, de repente, una noche me atacó la soledad y la nostalgia. Estando acostada sin poder dormir en mi cama sencilla, miraba el techo de ese cuarto demasiado frío y me pregunté: ¿será que si lo intento de nuevo, resulta?

No. No resultó.

Lo llamé con cualquier excusa... un libro o una película que necesitaba para una clase de Teorías de la imagen que estaba dando en ese entonces y pasé por su (nuestro) apartamento. Todo estaba diferente pero seguía exactamente igual. 

Charlamos, como si esos tres meses hubieran sido tres años y, también a él, lo atacó la nostalgia y la soledad. Menos que a mí, pero fue suficiente para mirarnos como cuando nos queríamos, besarnos como cuando... no, ya nunca nos besamos como cuando nos queríamos y tuvimos sexo en el sofá. Me gustaba el sexo en esa sala, con esa vista del centro de la ciudad, toda iluminada en un día entre semana.

Por suerte, él recobró pronto ese sentimiento que construimos juntos el día que repartimos las cosas que, en común, habíamos almacenado en nuestro (su) apartamento. Ese sentimiento de reproche y rencor. Esa frustración y sensación de pérdida de una parte de nuestras vidas. Por poco y arruinamos todo volviendo a considerar que había algo aún entre los dos. Nuestro momento fue radical. Fue todo y luego, al momento después, ya no fue nada. Nunca más fue nada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario