lunes, 29 de noviembre de 2021

Equilibrio (17/365)

equilibrio

Del lat. aequilibrium.

Solía pensar en esto siempre como un objetivo, como un estado ideal que, con mucho esfuerzo y disciplina podría lograr. Llevo como quince años intentándolo, poniéndolo en las listas de los diciembres y en los diarios de los eneros, los junios y las emergencias.

1. m. Estado de un cuerpo cuando fuerzas encontradas que obran en él se compensan destruyéndose mutuamente.

Nunca se me ocurrió pensar que la destrucción fuera la parte fundamental de la ecuación y quizás por eso, entre más lo intentaba, más lejos estaba.  

2. m. Situación de un cuerpo que, a pesar de tener poca base de sustentación, se mantiene sin caerse.

Tampoco se me ocurrió pensar que era posible mantenerme con poco en la base. Que no era necesario hacerlo todo, tenerlo todo y serlo todo para, ahí sí, entrar en el estado.

3. m. Peso que es igual a otro y lo contrarresta.

Intenté anular todos los pesos, sin poder reconocer que, en realidad, dependía de ellos. Que todas las partes densas de mí eran necesarias y que eran, justamente, las que me ayudan a mantenerme en pie.

4. m. Contrapeso, contrarresto o armonía entre cosas diversas.

Y entre más dejo que todas mis luces y mis sombras se junten y se revuelquen felices, más parece que la diversidad que me habita se vuelve una cosa conjunta que parece, al menos por momentos, funcionar a mi favor.

5. m. Ecuanimidad, mesura y sensatez en los actos y juicios.

Nunca mi lado luminoso ha sido tan compasivo y sabio como mis lados más rotos y húmedos y porosos. Es sólo desde mi herida que puedo penetrar en un mundo que está herido igual que yo. Es sólo desde ahí que puedo untarme de la sangre y la humanidad de los cuerpos que me tocan.

6. m. Fís. Estado en el que se encuentra una partícula si la suma de todas las fuerzas que actúan sobre ella es cero.

Descansar en la fuerza cero. En el instante donde nada entra y nada sale. Un instante infinito donde no hay vida ni muerte, ni yo ni otro, ni ayer ni mañana.

7. m. Fís. Estado en el que se encuentra un sólido rígido si las sumas de todas las fuerzas que actúan sobre él y de todos los momentos de las fuerzas que intervienen son cero.

Quizás cuando mi perra me lame la cara o cuando estoy a punto de llegar a la cima de una montaña con el corazón a mil o cuando se me acaba el llanto y no puedo respirar; en esos momentos me dejo ir y, por un momento, no hay nada que pueda ocupar el lugar de algo que ya es totalmente lo que es y que soy yo misma sin reaccionar.

8. m. pl. Actos de contemporización, prudencia o astucia, encaminados a sostener una situación, actitud, opinión, etc., insegura o dificultosa.

Aceptar que ahora todo es incómodo y que equilibrio no tiene nada que ver con algo que no se mueve, sino al contrario, con algo que está en permanente oposición, destruyendo, anulando, dejando pasar hacia un lado y hacia el otro de forma natural. 

Solo si dejo que todo se movilice y se exponga; que todas las partes hagan parte; que pueda mirar lo de un lado y lo del otro voy a encontrarme en el segundo en que suspendida, pierdo de vista que voy a caer y a volver a empezar, un poco hacia allá y un poco hacia acá. En mi centro, finalmente. 

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