viernes, 18 de octubre de 2019

Querido T: verte reír es una cosa devastadora

Querido T

Algunas cosas que parecen ser insignificantes tienen la capacidad de agitar mi mundo interior. Esta vez una voz masculina, un poco apresurada, gravísima.  Y entonces la lectura de una novela resultó deliciosa, llenándome todo el cuerpo de una alegría que hasta estaba olvidando. Así me descubrí escuchándote leer: alegre, muy alegre.  Con esa alegría que se me recoge en el pecho y sabe bajar derechita hasta la planta de los pies, deslizándose tranquilamente por mi sexo sin mucho escándalo ni ceremonia, dejando una humedad sin pretensiones, algo muy del día a día.

Me tomó por sorpresa esa sensación que fue como un sonido lejano y apenas audible que me despierta, un ruido del que apenas hago conciencia.  Despertarse así no es ni bueno, ni malo, es apenas despertarse, pero despertarse tranquila y poder tener un buen inicio de día.

Pues que así me dejó escucharte...
Ah! pero verte reir... eso es una cosa devastadora.

Eso ya no es alegría, eso es arrebato.  Esa risa que ni siquiera es bonita, pero es profunda, sin sombras.  Es una risa de cuerpo entero que deja ver alguna cosa que está escondida adentro.

Esa risa combina con un cuerpo que a veces parece que no cabe en ningún lugar y que se mueve a un ritmo tan propio.

No vayas a pensar que me gustas.  Ni vayas por favor a confundir esta emoción con otra cosa. Es solo que a veces me permito agitar un poco el contenido de este cuerpo, hacerlo un poco menos transparente, menos simple, más fácil de tragar.

En todo caso, riete más, habla más alto y rózame la piel un día de estos, para que me despierte así, ni bien ni mal, que me despierte tranquila.






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