Una vida pequeñita, un brote, una potencia.
A veces, hay murmullo que me recuerda que hay litros de sangre moviéndose dentro de este cuerpo.
Que no todo es una masa inerte, que flota y que choca contra el tiempo.
A veces, por momentos, siento que es la vida la que me respira y que yo no soy mas que su aliento, entrando y saliendo, húmeda y caliente de un cuerpo y de otro.
De un gato, de un perro, de aquellos a los que amo, de aquellos a los que temo, de los que me seducen; moviendo las hojas en las ramas de los árboles, las mismas que se arrastran por las calles mientras mueren.
Así es que estalla la vida, momento a momento.
Sin importancia, sin apenas ser notada, casi sin alegría.
En un rápido momento de brillo, temblando a la luz del sol, también yo, aparezco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario