lunes, 18 de enero de 2021

Creo que me hará bien escribir

 Marcos dice que escribir me hará bien.


Acabo de terminar dos textos fantásticos: Un cuarto propio de Virginia Woolf y Hablar en lenguas de Gloria Anzaldúa.

Y entonces, sí, creo que me hará bien escribir.

Acabo de regresar de Buenos Aires y parece como si el tiempo allá fuera una etapa embrionaria del ave fénix que me gusta ser.

De las pocas imágenes útiles que construí con mi terapeuta fue la del ave fénix. Al parecer cada vez que necesito cambiar, primero lo destruyo todo, me incendio a mí misma, a veces por dentro, a veces, inclusive, también por fuera.

Así que, como pude, llegué hasta allá para ver qué podía surgir de las cenizas. 

Y hay algo muy suave que está creciendo, algo que puede ser un camino, una lengua para decirme, un espejo:

Ya casi nunca puedo llorar y se me ha olvidado cómo me gusta que me consientan. Estoy aprendiendo a pedir ayuda, me da miedo la oscuridad y el silencio de antes de dormirme, ahora no sé muy bien qué comida le conviene más a mi cuerpo ni a que hora le gusta despertarse y no tengo la menor idea de lo que voy a hacer con mi vida.

A pesar de no parecerme muy alentadora, en esa inquietud me reconozco. Ahí hay algo. Una ternura incandescente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario