domingo, 18 de agosto de 2019

Cerrado

Algo se cerró adentro y no logro entender cómo abrirlo.

Yo pensaba que desprenderse de todo se sentía como volar muy ligera, con un corazón apacible, con esa sonrisa de las cosas simples.

Pero resulta que desprenderse de todo ha sido más parecido a quedar cegada por el flash de una cámara.

Un solo instante, muy breve en el que no logras ver nada.

Hay tanta luz y los ojos no estaban preparados.

Le sigue una sensación de desorientación, hay que parpadear de prisa para que el ojo se recomponga. Pero se siente mal, se siente incómodo.

Aun sabiendo que es temporal, que es una incomodidad fugaz. Se siente muy mal.

Entonces, así se ha sentido desprenderse de las cosas que yo pensaba que conformaban Yo.

Y estoy forcejeando con ese algo cerrado, hermético que se ha mudado a mi pecho. Intentando métodos, ritos, cantos, pero nada parece funcionar.

A lo mejor la brisa salina del mar, todo este sudor y la humedad de las mañanas ayuden a corroer la solidez de eso que me pesa.




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